El Instituto de Métricas y Evaluación Sanitaria de Washington (IHME) se ha convertido en un centro de referencia para el análisis del covid-19 gracias a sus acertados modelos predictivos, que han permitido anticipar la evolución de las distintas olas de propagación del nuevo coronavirus en base a datos basados en cifras reales de contagiados, hospitalizados y fallecidos.
En las últimas semanas, el aumento de la incidencia acumulada observado en buena parte de España parece haber constatado la previsible tercera ola que muchos expertos anticipaban tras el periodo vacacional. La pregunta, ahora, es cuánto tiempo necesitaremos para que mejoren los indicadores epidemiológicos.
Si tomamos el modelo del IHME podemos ver que, para toda España, se estima que el punto de inflexión en la presión hospitalaria se produciría en torno a finales del mes de enero (para ser precisos, el 29 de enero). Debido a los tiempos medios de la enfermedad, esto implica que la mortalidad tocaría techo varias semanas después, con un aumento que empezaría a frenarse a mediados de mes (alrededor del día 15 de febrero).
Al contrario que durante la segunda ola, cuando Madrid sufrió la propagación de forma adelantada al resto de regiones, en la tercera ola se espera que su pico de presión hospitalaria se alcance a mediados de febrero. En cambio, el descenso de la curva de fallecidos no arrojaría un desacople tan acusado como el que se espera a nivel nacional.