El Gobierno de Países Bajos ha presentado este viernes su dimisión tras verse cercado por un escándalo sobre ayudas sociales, después de que se haya confirmado que numerosas familias se vieron obligadas a devolver dinero tras ser acusadas de fraude de forma injustificada.
El líder socialdemócrata, Lodewijk Asscher, renunció el jueves al puesto por los errores cometidos durante su etapa como ministro, en la que 20.000 familias -muchas de ellas extranjeras- se quedaron de forma irregular sin los subsidios que teóricamente le correspondían por hijo y llevó a muchos a endeudarse para devolver a la agencia tributaria lo recibido durante años.
La salida de Asscher ya anticipaba lo que finalmente se ha producido este viernes, la dimisión del Gobierno, según fuentes citadas por la cadena NOS. No parecía bastar con la disculpa pública del Ejecutivo y con el abono de una indemnización de 30.000 euros a cada una de las familias afectadas.
Antes del Consejo de Ministros donde se ha consumado la caída, varios ministros reconocían que era la única salida posible. "Se necesita recuperar la confianza en el Estado", ha declarado la responsable de Comercio Exterior, Sigrid Kaag, según la agencia de noticias DPA.
La dimisión del gabinete llega a poco más de dos meses de las elecciones parlamentarias, previstas para el 17 de marzo y en las que el partido de Rutte (VVD) figura de nuevo como favorito. El primer ministro ya había adelantado que seguiría en funciones pasara lo que pasara, entre otras razones para evitar un vacío en plena pandemia de COVID-19.
El Ejecutivo permanecerá como gobierno interino hasta los comicios del 17 de marzo, lo que le permitirá seguir gestionando la pandemia y aplicando las restricciones necesarias como parte del actual confinamiento, que mantiene cerrada toda la actividad no esencial hasta al menos el 9 de febrero