La agencia de calificación Moody’s alerta del elevado déficit público que ha acumulado España en 2020 y advierte de la posibilidad de que nuestro país enfrente una crisis de la deuda en los próximos años, debido al elevado stock de obligaciones acumulado por el Tesoro durante la docena de años que van de la Gran Recesión hasta el Gran Confinamiento.
España encaró la crisis de 2008 con niveles de deuda inferiores al 40% del PIB pero fue incapaz de generar un sólo superávit presupuestario en toda la década siguiente, a pesar de que el crecimiento volvió a terreno positivo entre los años 2013 y 2014. Peor aún, el saldo presupuestario se deterioró en 2019, a pesar de que la economía seguía creciendo. La puntilla a este preocupante desaguisado fiscal ha sido un desastroso 2020 en el que la mala gestión de la pandemia ha elevado el descuadre entre ingresos y gastos al entorno del 11-11,5% del PIB. El cierre de 2020 ha coincidido con un salto del endeudamiento hasta niveles cercanos al 120% del PIB, el triple que al comienzo de la anterior recesión.
De momento, Moody’s mantiene la calificación de la deuda soberana española, con rating de categoría "BAA1" y perspectiva "estable". No obstante, la agencia advierte en su último boletín sobre los "altos niveles de endeudamiento" que, unidos a un patrón de "crecimiento intermitente", hacen que España enfrente un preocupante escenario de riesgo que se precipitaría ante un eventual shock en los mercados de financiación.
Moody’s pide explícitamente una "estrategia creíble" que sirva "para revertir el deterioro fiscal". Sin embargo, la portavoz del gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha restado importancia a esta cuestión y ha declarado que "tiempo habrá" de embridar el déficit presupuestario, que se situó en 2020 por encima de cualquier otra economía del Viejo Continente.
La deuda pública por habitante ronda ya los 28.000 euros, muy por encima de los 8.000 que marcaba cuando estalló la Gran Recesión. Sin embargo, lo peor de todo es que el escenario presupuestario que ha planteado Moncloa para 2021 ha sido rechazado por buena parte de las casas de análisis que, al igual que hace Moody’s, no ven creíbles las previsiones de reducción del déficit enunciadas por el gobierno.
El informe de Moody’s espera que la economía europea crezca un 4,6% en 2021 y agradece que el calendario político del curso que acaba de arrancar no esté marcado por citas electorales de gran calado. Sin embargo, la agencia de calificación pone en la diana a nuestro país y considera que, al igual que Italia, Chipre y Portugal, España tiene un escenario fiscal frágil y preocupante.