Reino Unido ha arrancado con especial rapidez su campaña de vacunación, pero la situación sanitaria de las islas es una de las peores del mundo y cualquiera mejora es bienvenida para acabar lo antes posible con la pandemia del covid-19. Es por eso que el Adam Smith Institute, uno de los think tanks liberales más influyentes del país, ha presentado un estudio en el que enumera hasta 22 propuestas orientadas a acelerar y agilizar el proceso de vacunación.
Las medidas sugeridas por el centro de estudios resultan de interés para España, que ha empezado la campaña de vacunación con menor dinamismo que Reino Unido. Por lo tanto, vale la pena repasar el estudio elaborado por el ASI y firmado por sus investigadores James Lawson, Jonathan Kitson y Matthew Lesh.
La lista de propuestas incluye los siguientes puntos, que han sido ligeramente adaptados en algunos casos para que obedezcan de forma más fiel a la situación española y así resulten de mayor utilidad:
1. Movilizar al Ejército.
Las Fuerzas Armadas colaborarían con la logística referida a la organización de la vacunación masiva y su personal sanitario se incorporaría al equipo civil que ya está ocupado en esta tarea. Lo mismo debe hacerse con otro tipo de profesionales del sector privado, como por ejemplo los veterinarios.
2. Incorporar a las farmacias.
La red de establecimientos farmacéuticos del país debería servir como punto de vacunación masiva, favoreciendo la multiplicación de acciones con un sistema de cita previa.
3. Emplear la capacidad hotelera no ocupada.
El sector hotelero podría ayudar al proceso de vacunación, sirviendo como centros de almacenamiento de las vacunas, concentrando al personal ocupado de los registros de inmunizados o habilitando espacios para el suministro de las dosis.
4. Movilizar recintos públicos para la vacunación masiva.
Polideportivos, parques o salones de congresos de titularidad pública podrían reconvertirse en recintos de vacunación masiva que operasen las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con un sistema de cita previa.
5. Plantear la vacunación "a bordo".
Corea innovó con los test "al volante" e Israel ha adoptado un protocolo similar mediante el cual se puede vacunar en coche a todo aquel que cuente con un copiloto capaz de tomar el control del vehículo una vez se haya producido la inmunización.
6. Vacunar a domicilio.
Para llegar con mayor rapidez a los grupos de riesgo, no solo se debe plantear la salida de tales ciudadanos a los puntos de inmunización, sino que también se pueden enviar equipos de vacunación a domicilio, aprovechando los protocolos ya existentes para la asistencia sanitaria remota.
7. Vacunar 24 horas al día, 7 días a la semana.
Los horarios de las Administraciones Públicas y el calendario de festividades nacionales o regionales no debería aplicarse a la vacunación, para lo cual se incentivarían las horas extra fuera del horario habitual o se contraría personal que complete tales turnos.
8. Aprovechar los huecos.
Si alguien falla a la cita, debe crearse un sistema similar al que tiene la restauración para llenar lo antes posible los vacíos creados por un plantón inesperado. Quienes se registrasen en el sistema serían notificados cuando se produjese un vacío y podrían vacunarse de esa forma, aunque no fuesen grupos prioritarios, para asegurar que no se interrumpe el flujo de inmunización continua.
9. Favorecer las compras privadas.
La sanidad privada debería contar con incentivos fiscales que le permitan pujar en los mercados internacionales con más músculo financiero, logrando así una provisión de dosis más elevada que luego podría vender a un precio acordado con las autoridades a cambio de tal ventaja tributaria.
10. Incorporar a voluntarios, sanitarios retirados, etc.
El reto logístico debe verse acompañado por personal voluntario, sanitarios retirados que deseen ayudar, etc.
11. Simplificar la burocracia.
El registro y grabado de los datos de inmunizados hace que el personal pierda horas rellenando formularios en vez de vacunando. Es preciso agilizar estos trámites e incluso subcontratarlos a empresas especializadas o a empleados públicos que tengan disponibilidad, para ahorrar tiempo al personal que debe concentrar sus recursos en vacunar.
12. Incentivos por productividad.
Cada centro de vacunación debería tener una serie de objetivos de productividad semanales y un presupuesto discrecional que le permita usar tales gastos para agilizar su ritmo de vacunación. Si mejoran los resultados, recibirían pagas extra acordes a saltos de productividad significativos.
13. Registro online de cita previa.
Para clarificar el proceso, sería interesante crear un registro online con cita previa que permitiese, además, la vacunación de personas de unas comunidades en otras regiones limítrofes, cuando existiesen huecos disponibles.
14. Primar fiscal y regulatoriamente la vacunación.
Todo ciudadano que se vacune debería contar con un reconocimiento fiscal y regulatorio, para minimizar así el alcance de las teorías de la conspiración promovidas por el movimiento anti-vacunas, que carecen de base científica y ponen en riesgo a la población.
15. Kits de auto-inmunización.
Para los diabéticos y otros grupos de población que se autoadministran vacunas, sería suficiente con enviarles kits que les permitan vacunarse a sí mismos, con el correspondiente tutoríal y manual e incluso con la posibilidad de contar con la presencia a domicilio de un asesor sanitario.
16. Lanzar una campaña de comunicación clara.
No puede haber fisuras tan acusadas entre las comunidades autónomas, el gobierno… Todas las Administraciones Públicas deben caminar de la mano. Y, de hecho, cabría incorporar en el proceso a personal de los Ayuntamientos.
17. Transparencia.
Los datos de vacunación deben publicarse y, en base a los resultados semanales o mensuales, se deben movilizar más recursos cuando se identifiquen peores cifras de inmunización.
18. Más colaboración privada.
El gobierno debería favorecer la incorporación del sector privado en el proceso, creando una mesa permanente dispuesta a escuchar cualquier tipo de propuesta por parte de las empresas dedicadas al ámbito de la salud o lalogística.
19. Pujar de forma más ambiciosa en los mercados internacionales.
Hay que ofrecer una cierta prima de precio para aumentar las dosis disponibles y negociar con mayor habilidad con las empresas farmacéuticas, incorporando por ejemplo otros medicamentos fabricados por tales compañías en la negociación general.
20. Asegurar los mercados de materiales complementarios.
De igual forma que no pueden faltar vacunas, también hay que suministrar los materiales sanitarios que permiten suministrarlas, almacenarlas, desecharlas, etc.
21. Aprobación inmediata de vacunas generalmente aceptadas.
La vacuna de Moderna, una de las más prometedoras, acaba de ser aprobada en Europa con semanas de retraso. No puede volver a ocurrir lo mismo con otras vacunas que se están desarrollando en mercados OCDE que están a punto de salir al mercado y que se han complementado cumpliendo con todos los criterios de seguridad sanitaria. El próximo "cuello de botella" podría ser el de Novavax, pero hay decenas de proyectos similares que también pueden sufrir este atasco burocrático.
22. Primar las vacunas más prácticas.
Hay vacunas que reducen notablemente los costes logísticos y de almacenaje, de modo que su compra debe resultar prioritaria para conseguir que el proceso de inmunización sea más sencillo.