El gobierno de España ya ha anunciado a las comunidades autónomas cómo repartirá los 10.000 millones de euros del fondo de "rescate" europeo. Llama la atención que la financiación asignada por el ministerio de Hacienda asciende a 220 euros por habitante en el caso de Cataluña, pero solo alcanza los 190 euros por persona en la Comunidad de Madrid.
Si atendemos al peso de Madrid sobre el PIB nacional también se observa un claro problema de infrafinanciación. Aunque la economía de la región aporta alrededor del 20% de la producción económica española, su cuota sobre el total de fondos europeos ni siquiera llega al 13%. Hay, pues, una "brecha" de más de siete puntos. En cambio, la cuota correspondiente a Cataluña supera la asignación a Madrid en unos cuatro puntos porcentuales.
Así, en cifras absolutas vemos que Andalucía manejará 1.880 millones entre 2021 y 2022, lo que supone casi el 19% de los fondos movilizados, mientras que Cataluña va a gestionar 1.700 millones, un 17% del total. Madrid se queda en 1.280 millones, mientras que la Comunidad Valenciana ocupa el cuarto puesto de la tabla a escasa distancia de la región de la capital, con una financiación que ascenderá a 1.250 millones.
La "cocina" del reparto
No hay que olvidar que este trato perjudicial hacia Madrid ya se observó hace escasas semanas, en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021. Tal y como explicó Libre Mercado, el diferencial entre Madrid y Cataluña en materia de inversiones previstas por el gobierno central asciende a 950 millones. De hecho, si ajustamos los datos para estudiar la financiación per cápita, podemos ver que los PGE 2021 dedican el equivalente a 188 euros por madrileño, frente a 287 euros por catalán.
¿Cómo se ha hecho la "cocina" del reparto del "rescate" europeo el gobierno de Pedro Sánchez? Según Hacienda, se han empleado "tres indicadores: el primero va dirigido a medir el impacto de la pandemia en la riqueza de cada comunidad autónoma y tiene un peso equivalente a las 2/3 partes del reparto total, mientras que el segundo mide el impacto de la crisis en el desempleo, con un peso de 2/9 sobre la asignación, y el tercero ataja el impacto de la crisis en el desempleo juvenil, con un peso de 1/9 sobre la decisión final".