La estrategia de adaptación al covid-19 desarrollada por la Comunidad de Madrid empieza a arrojar sus frutos. Libre Mercado ha estimado que evitar un nuevo confinamiento ha salvado al menos 8.000 millones de actividad económica, cifra que contrasta con la ruina que enfrenta el sector productivo de otras autonomías.
Una buena muestra del efecto positivo que ha tenido la estrategia de adaptación la tenemos en los datos de empleo que publica la Seguridad Social. Si corregimos los datos para tener en cuenta el efecto de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), encontramos que la ocupación ha subido notablemente en Madrid, al contrario de lo que ha sucedido en buena parte de España.
Así, entre septiembre y noviembre, los datos certifican que el empleo ha subido en 12.500 personas en la Comunidad de Madrid. Por el contrario, durante el mismo periodo, la ocupación registrada en Cataluña experimenta un retroceso equivalente a 34.200 afiliaciones. En suma, una brecha de casi 47.000 empleos entre los números positivos de Madrid y las cifras negativas de Cataluña.
Otra forma de medir la evolución del empleo la tenemos comparando el número de afiliados del régimen general de la Seguridad Social en los meses de septiembre y noviembre, de nuevo ajustando los datos para tener en cuenta los ERTE. Mientras que Madrid experimenta una subida cercana al 3% en este indicador, Cataluña sufre un descenso cercano al 1%.
Además, si centramos el tiro en los ERTE, resulta llamativo que el periodo que va de septiembre a noviembre haya dejado a Cataluña con 53.900 trabajadores más en esta situación, mientras que Madrid ha reducido su cifra de afectados en 24.100. De nuevo, los números revelan un profundo contraste entre los resultados de ambas comunidades, puesto que el dato de Cataluña supone un aumento del 35% y el de Madrid se corresponde con una reducción del 15%.
Sí a la adaptación, no al confinamiento
Desde que estalló la crisis, Libre Mercado ha explicado la importancia de enfrentar la pandemia mediante estrategias que permitan minimizar los costes sanitarios y económicos. Los datos demuestran que la adaptación permite reducir contagios sin arruinar al sector privado. Sin embargo, pocas autonomías han seguido la senda madrileña, con el consecuente golpe a sus niveles de actividad y de empleo.