Madrid tiene muchas facetas por la que se la distingue: la calidez con la que sus ciudadanos acogen a todo el que llega a Madrid; su riqueza monumental y su importancia en los acontecimientos históricos a lo largo de los siglos; una buena gastronomía y una variedad perfecta de lugares para visitar y disfrutar de ellos; y la mejor asistencia sanitaria de España y una de las mejores de Europa, un transporte de vanguardia y una escuela pública bilingüe en inglés.
Unido a todo ello, se encuentra su política económica, que se basa en una gran libertad y lo que se ha convertido en la seña identidad de la misma: una política continuada en el tiempo de rebaja de impuestos para todos los contribuyentes, que han hecho que Madrid sea la región española donde menos impuestos se paga, pese a que las regiones forales tienen más competencias para poder bajar más, si quieren, los impuestos.
Esta historia, la de la rebaja de impuestos en la Comunidad de Madrid, que es una historia de éxito, comenzó tras llegar Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Desde entonces, paso a paso, adecuando las rebajas a la coyuntura económica y al cumplimiento de la estabilidad presupuestaria, la Comunidad de Madrid no ha cesado de bajar impuestos, como decíamos en otro artículo hace unos meses y que, en estos momentos de acoso a la libertad para aplicar la política económica que se prefiera, conviene recordar.
Año 2005
Así, en el primer presupuesto que pudo aprobar sosegadamente dicho Gobierno, el de 2005 -el de 2004 tuvo que ser aprobado tras una prórroga del correspondiente a 2003, al producirse la repetición de elecciones y no formarse gobierno hasta finales de noviembre de ese año 2003-, llegaron las primeras medidas de bajadas de impuestos:
- Primeras bajadas del Impuesto de Donaciones, limitadas a las herencias que recibiesen hijos menores de 35 años, por un importe de 30.000 euros y cuyo destino fuese compra de vivienda.
- Primeras rebajas en el Impuesto de Patrimonio.
- Primeras rebajas en el Impuesto de Sucesiones: exención completa hasta 50.000 euros y eliminación completa para hijos y nietos menores de 21 años y ascendientes en primer grado, sin límite.
Año 2006
Se aprueba la bonificación al 99% para familiares más cercanos (práctica eliminación, puesto que el 1% es a efectos de control, no recaudatorio) del Impuesto de Donaciones.
Se introducen siete nuevas deducciones en el IRPF, entre ellas, una de hasta 900 euros por el nacimiento o adopción de hijos, incrementada para partos múltiples, o la deducción del 15% por donaciones.
Año 2007
Se aprueba la práctica eliminación del Impuesto de Sucesiones para los familiares más cercanos (bonificación al 99%). Se rebaja 1 punto la tarifa del IRPF. Entonces, había cuatro tramos y se rebaja, de menor tipo a mayor, 4, 3, 2 y 1 décimas, respectivamente.
Año 2008
Madrid lidera la supresión del Impuesto de Patrimonio en toda España. Anuncia la exención del 100% para 2009 y el Gobierno socialista se ve forzado a extenderlo a toda España.
Año 2010
Eliminación del recargo autonómico del Impuesto de Actividades Económicas. Compensación fiscal del pago del impuesto de matriculación.
Año 2011
Deducciones en el IRPF para favorecer la inversión en el Mercado Alternativo Bursátil y otras destinadas al desarrollo empresarial.
Año 2012
En el año 2011, el Gobierno de Zapatero anuncia que recupera para 2012 el Impuesto de Patrimonio, con carácter transitorio, pero cuya transitoriedad lleva vigente desde entonces. La Comunidad de Madrid es la única región que decide mantener la exención del 100% para dicho impuesto, exención plena que sigue manteniendo en la actualidad.
Estas rebajas acometidas en la Comunidad de Madrid hasta ese momento, hacían que cada contribuyente madrileño se ahorrase 700 euros al año, que se quedaba en su bolsillo para hacer con él lo que estimase más conveniente.
Ahora bien, la gran rebaja tributaria de la historia de las CCAA, también llevada a cabo por la Comunidad de Madrid, se produce en la ley de medidas fiscales de 2014, aprobada en diciembre de 2013.
Año 2014
Rebaja adicional de más de un punto y medio (1,6 puntos) en la tarifa del IRPF, a razón de 4 décimas por cada tramo. Los madrileños se ahorraron, con esta rebaja, 216 millones de euros en dicho impuesto.
Rebaja un punto el tipo del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, del 7% al 6% en la transmisión de todo tipo de inmuebles. Los madrileños se ahorraron 76 millones de euros. Rebaja el tipo general de AJD del 1% al 0,75% (un 25% de rebaja en el tipo del impuesto). Los madrileños se ahorraron 50 millones de euros.
Devolución del gravamen autonómico del Impuesto Especial sobre Hidrocarburos a los consumidores de gasóleo agrícola y profesional (céntimo sanitario). Los madrileños se ahorraron 15 millones de euros. Con ello, los contribuyentes madrileños pasaron a ahorrarse casi 1.000 euros al año.
Año 2015
La Comunidad de Madrid anticipa la bajada del IRPF del Gobierno de la Nación y rebaja 1,7 puntos a los contribuyentes con menos ingresos, por debajo de 12.450 euros, de manera que se convierte en el tipo de gravamen mínimo menor de España, dejándolo entonces en el 9,5% y manteniendo las rebajas del resto de los tramos.
Esta medida incorporó un ahorro de otros 240 millones para los contribuyentes. Así, entre las rebajas de estos dos años consecutivos, 2014 y 2015, los contribuyentes madrileños se ahorraron casi 600 millones de euros.
Ello llevó a que el ahorro anual de los contribuyentes madrileños por los menores impuestos de la parte autonómica fuese de 1.150 euros al año para cada uno. Si se le añade el efecto tracción que provocó Madrid para que el Gobierno de la Nación bajase el IRPF, ese año se incorporó un ahorro por IRPF en la parte estatal de 735 euros anuales en media para cada contribuyente madrileño, de manera que el total ascendía a un ahorro de 1.885 euros anuales.
Año 2018
Rebaja de medio punto en el tipo mínimo del IRPF, que baja hasta el 9%, el menor de España, como ya lo era antes. Deducción del 15% en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones entre hermanos.
Actualidad
Y así se llega a la actualidad, donde hay nuevas medidas a aplicar:
- Tres nuevas deducciones en el IRPF: deducción por cuidado de mayores de 65 años; 25% de los intereses de la hipoteca contraída para menores de 30 años; y 100% de deducción de los intereses de préstamos para estudios superiores, que no salió adelante en la Asamblea de Madrid en un primer momento y que sí ha conseguido prosperar el pasado mes.
- Nueva rebaja de 2,5 puntos en los tipos del IRPF, a razón de medio punto por cada uno de los cinco tramos de la tarifa madrileña en la presente legislatura.
- Dicha rebaja es, además, progresiva. Es decir, al mismo tiempo que se reducen los impuestos a todos los ciudadanos, se disminuyen más a los tramos con menos renta. De esa manera, en el tramo con menos renta, el tramo 1, podemos ver que la rebaja del tipo impositivo es del 5,6%, al pasar del 9% al 8,5%. En el tramo superior de renta, el tramo 5, la rebaja es del 2,4%, al llegar al 20,5% desde el 21%.
Una historia de éxito
Y todo ello es una historia de éxito, porque así lo demuestran los datos. No sólo no se ha perdido recaudación, sino que Madrid recauda 900 millones más que Cataluña y el doble que lo que recaudaba Andalucía en época socialista cuando ambas tenían entonces casi 5 puntos más de tipo impositivo de IRPF que Madrid. Y esa mayor recaudación con impuestos más bajos se debe a que libera renta para que los ciudadanos decidan qué hacer con ese dinero, si consumir, ahorrar o invertir, y, con ello, generar actividad económica y empleo.
Ese ahorro es notable respecto a lo que pagaría un contribuyente madrileño de aplicarse en Madrid el tipo nacional, más alto.
¿Qué ha permitido, hasta ahora, esa menor carga fiscal de los madrileños? Que cada contribuyente disponga de 1.150 euros más al año en su bolsillo en la parte autonómica para consumir, ahorrar o invertir, en definitiva, para generar actividad económica y empleo, y que la economía madrileña se comporte mejor que la media nacional, con una mejora sustancial del crecimiento madrileño desde 1995, que ahora, a buen seguro, será más de 1.200 euros anuales en cuanto se apliquen las nuevas bajadas anunciadas por Ayuso.
Eso ha redundado en un mayor crecimiento económico que el que tenía Madrid antes de las rebajas de impuestos aplicadas (la última efectiva es de 2018).
Crecimiento que se ha traducido en una mayor riqueza de los madrileños desde entonces, como muestra la evolución del PIB per cápita:
Madrid vs Cataluña
¿Y qué sucede si comparamos con el conjunto de España o con Cataluña, defensores actualmente sus gobiernos de políticas intervencionistas e impulsores de acabar con la política económica de Madrid? Veámoslo.
En los últimos diez ejercicios cerrados, Madrid ha crecido un 63%, en media, más que Cataluña o que el conjunto de España. Es decir, casi ha doblado el crecimiento medio de ambas, al ser el de Madrid un 1,8% y el de Cataluña y el conjunto nacional un 1,1%.
De hecho, el deterioro de la economía catalana, debido a la política más intervencionista aplicada es clara: mientras que Madrid ha visto aumentar en casi dos puntos el porcentaje superior que su PIB per cápita representa sobre la media nacional en los últimos veinte años, en Cataluña ha disminuido ese peso en cuatro puntos en el mismo período.
Y eso no se debe a ningún efecto de capitalidad, por mucho que se empeñen tanto los miembros del Gobierno de Sánchez como los independentistas y todos sus aliados. No se trata de la capitalidad, sino de la política económica que se decide aplicar.
No hay una única política económica posible. Una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.
Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados. Así, desde el punto de vista regional, nos encontramos con que Cataluña ha optado por la política intervencionista y Madrid por la liberal.
Pues bien, como son dos regiones de tamaño económico similar, con capacidad similar para atraer inversiones y generar riqueza, podemos comparar de manera muy atinada cuáles han sido los efectos de las diferentes políticas.
Así, si nos vamos a los momentos anteriores a la diferenciación de políticas, en 1990, cuando no había casi competencias transferidas y no había posibilidad de ser corresponsables por el lado de los ingresos con una política tributaria distinta, Madrid crecía 3 puntos menos que Cataluña.
De hecho, entre 1983 -inicio de la autonomía en Madrid- y 1995 -comienzo de la aplicación de políticas liberal-conservadoras en Madrid, el PIB de Cataluña creció en la mayoría de esos años por encima del de Madrid.
A partir de entonces, especialmente desde 2003, Madrid comenzó a aplicar una política económica basada en el liberalismo clásico, con gasto reducido y eficiente e impuestos bajos. Así, por ejemplo, Madrid redujo el IRPF, de manera que cuenta con un tipo máximo 5 puntos inferior al de Cataluña, mantiene la exención al 100% en el impuesto de Patrimonio y la bonificación al 99% en Sucesiones y Donaciones para los familiares más cercanos, mientras que Cataluña repuso Patrimonio y Sucesiones y Donaciones y va a aplicar nuevas subidas en el IRPF.
Esa política de subida tributaria en Cataluña ha ido acompañada por un permanente aumento del intervencionismo económico en todos las ramas de actividad, que restringen libertad y cercenan espacios de crecimiento de riqueza y empleo.
De esa manera, nos encontramos con los resultados de la aplicación de estas distintas políticas económicas: la intervencionista en Cataluña y la liberal en Madrid. Y los fríos datos dicen lo siguiente, que vemos a continuación.
En el último año cerrado disponible, 2019, el PIB de la Comunidad de Madrid creció un 2,5%, casi un punto más que el de Cataluña.
Y ese crecimiento de 2019 no es más que el de la tendencia de toda una década, como ya hemos señalado antes, con un crecimiento superior de Madrid sobre Cataluña en el ya mencionado más del 63%.
Eso tiene su reflejo en el PIB per cápita. De esta manera, Madrid, con un PIB per cápita de 35.876 euros supera a Cataluña en casi 5.000 euros.
Los efectos de esas distintas políticas, por tanto, se dejan sentir. Ahora, se ve el último efecto, el del volumen global del PIB, el que marca la dimensión de una economía. La Comunidad de Madrid ya era la que más crecía y la más rica -es decir, la que tenía un PIB per cápita más alto-, pero ahora también es la mayor economía de España.
De esa manera, por primera vez en la serie histórica de la Contabilidad Regional del INE en una época de crecimiento económico, no de recesión como fue 2012 y 2013, la Comunidad de Madrid se convierte en la región con mayor PIB de España, superando a Cataluña en 3.138 millones de euros pese a tener Madrid 1,5 millones menos de población.
Eso no es fruto de la casualidad, sino del marco flexible y dinámico, que atrae a empresas, profesionales y personas, que generan las políticas aplicadas en la Comunidad de Madrid, en el margen de sus competencias, basadas en el gasto eficiente, dedicado a lo esencial, con los mejores servicios públicos de España, los impuestos bajos, el cumplimiento de los objetivos de estabilidad, la libertad económica y las reformas que eliminan obstáculos en la economía. Distintas políticas dan distintos resultados y eso es lo que no parecen aceptar ni el Gobierno de Sánchez, ni el de Puig ni los independentistas. En lugar de copiar lo que funciona, prefieren acabar con ese éxito que lo es, a través de la solidaridad de Madrid, de todos los españoles.