Desde el estallido de la pandemia, Libre Mercado ha planteado a sus lectores la importancia de estudiar la incidencia del covid-19 con la mirada puesta en la salud y la economía. Frente al enfoque predominante en la mayoría de medios de comunicación, este diario ha apostado por evaluar el impacto del nuevo coronavirus en ambos frentes, al entender que no tiene sentido fingir que existe una supuesta tensión entre salvar vidas y salvar la economía.
Además de estudiar distintos modelos internacionales (Corea, Japón, Suecia…), Libre Mercado disputó la supuesta correlación entre un mayor grado de restricciones económicas y una menor incidencia mortal del patógeno, demostrando que la toma de medidas drásticas no implica una reducción de la cifra de fallecidos. La clave, tal y como apuntan los 12.600 científicos y los 37.900 médicos firmantes de la Declaración de Great Barrington, radica en proteger a los grupos de riesgo, lo que al mismo tiempo permite favorecer una estrategia de adaptación que reduce costes económicos sin minar la protección sanitaria de la población vulnerable a la pandemia.
Y eso es exactamente lo que ha hecho la Comunidad de Madrid durante la segunda ola de contagios: aumentar la capacidad asistencial del sistema sanitario, desplegar test rápidos de forma masiva, trabajar con indicadores adelantados y limitar el alcance de las restricciones, tanto en términos geográficos, con las zonas básicas de salud como referencia, como económicos, permitiendo que mantengan su actividad muchos sectores que sí se han visto obligados a cerrar en otras autonomías españolas.
Además de lograr una mortalidad siete veces menor a la primera ola, cuando la gestión quedó sujeta al "mando único" del gobierno de España, y de convertirse en una de las regiones con menos fallecidos por habitante, la apuesta del gabinete que preside la popular Isabel Díaz Ayuso también ha sido positiva para la economía. Así, el último dato de aumento del PIB trimestral es un 53% mayor en Madrid que en el promedio nacional y la región concentra uno de cada tres nuevos empleos y una de cada cuatro nuevas empresas.
Las últimas estimaciones de crecimiento publicadas por Fedea apuntan que la caída del PIB esperada para Madrid durante el año 2020 ascenderá al 11,9%. Así, aunque la región sufrió la primera ola con más dureza que cualquier otro territorio y a pesar de que su calendario de "desescalada" se retrasó más que el de las demás regiones por puro sectarismo político, lo cierto es que el escenario de descenso de la producción es idéntico al promedio nacional.
En la misma línea apuntan las estimaciones de BBVA Research. El servicio de estudios de la entidad financiera considera que Madrid perderá 29.000 empleos entre 2020 y 2021, frente a los 100.000 puestos de trabajo que se destruirán en Cataluña durante el mismo periodo. Por otro lado, CEPREDE calcula que el PIB madrileño bajará un 11,4% en 2020, ahondando en la línea de Fedea.
Estos cálculos revisados mejoran las estimaciones de referencia que maneja la Comunidad de Madrid, que a comienzos de noviembre barajaba un desplome del 15% del PIB. Huelga decir que se agradece el enfoque prudente de las autoridades regionales, puesto que a nivel nacional estamos viendo que se plantean proyecciones de crecimiento que se desvían hasta un 50% de los cálculos presentados por Bruselas.
En caso de cumplirse la proyección de Fedea, la cifra final de crecimiento sería tres puntos mejor de lo esperado. En cualquier caso, no hay que olvidar que el Estado de Alarma hundió al 17% del PIB la perspectiva de caída de la economía regional manejada por Sol, de modo que tanto el 15% que plantea el gobierno o el 11,9% que espera Fedea serían una clara mejoría y confirmarían la importancia de haber apostado por una estrategia de adaptación. También se trataría de una corrección con respecto al desplome del 18% que llegó a barajar el gobierno autonómico a mediados de año, cuando empezaron a modelizarse las posibles consecuencias de una segunda ola de contagios.
¿Qué significan tales estimaciones en términos absolutos? A saber, que el mejor desempeño económico propiciado por la estrategia de adaptación ha reducido de 40.800 a 36.000 millones la caída de la producción esperada por el gobierno regional, si bien Fedea cree posible que el desplome final sea menor, en el entorno de 29.000 millones, lo que supondría un resultado aún más favorable para Madrid.
Así las cosas, si finalmente se diese un escenario intermedio entre la previsión del gobierno madrileño y la estimación de Fedea (con un descenso del PIB del 13,5%) la apuesta por la adaptación habría reducido en 8.300 millones de euros la caída del PIB con respecto al escenario recesivo más adverso, vinculado a un nuevo contexto de confinamiento generalizado.