Moody's prevé que las ventas de automóviles en España repunte un 16,2% en 2021, hasta 950.000 matriculaciones, después de sufrir una fuerte caída del 35% en 2020, que rebajará las ventas hasta un total de 818.000 millones de coches nuevos comercializados.
En un reciente informe, Moody's anticipa una recuperación parcial en las ventas mundiales de automóviles, tras las paradas de producción y colapso de la demanda por la crisis del coronavirus, y señala que las perspectivas para los fabricantes de automóviles mundiales se mantendrán estables en 2021.
El vicepresidente senior de Moody's Matthias Heck ha explicado que, si bien la firma espera que las ventas mundiales de automóviles se recuperen del mínimo de 2020, esta recuperación será desigual y no será hasta 2025 cuando alcance el pico cíclico de 95 millones de unidades registrado en 2018.
"Es probable que las ventas crezcan un 7,7% en 2021, seguido de un aumento adicional del 6,8% en 2022, y que los envíos totales alcancen los 87 millones a partir de entonces. Además, los programas de reestructuración de los fabricantes de automóviles, la regulación de emisiones más estricta y la necesidad continua de inversión en electrificación y tecnologías de conducción autónoma limitarán la generación de flujo de caja libre y la capacidad de reducir la deuda en el próximo año", ha apuntado.
La firma pronostica que las ventas de vehículos ligeros en Europa occidental crecerán un 12,2% el próximo año, tras la previsible caída del 25,2% este año, siendo más fuertes los repuntes en Reino Unido, Italia y España, que son los países que sufrieron las caídas de ventas más pronunciadas por la pandemia del coronavirus.
El caso de España
En el caso concreto de España, prevé un aumento de las matriculaciones del 16,2% en 2021 y del 15,8% en 2022, tras una caída del 35% este año.
Moody's cree que la demanda de automóviles se beneficiará de las medidas de estímulo aprobadas por la Unión Europea y por los distintos países, al tiempo que apunta que los incentivos a la venta de coches eléctricos podrían afectar a la demanda de vehículos con motores de combustión interna convencionales, cuya cuota de mercado fue de entorno al 77% en los primeros nueve meses de 2020.