Se acerca el 1 de enero y, con ello, una fecha marcada en rojo en el calendario de los concesionarios españoles. Y es que, desde Año Nuevo en adelante, comprar un vehículo saldrá entre un 5% y un 10% más caro, a raíz del endurecimiento decretado por el gobierno en el impuesto de matriculación.
El tributo en cuestión, cuya denominación técnica es la de Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte, se calcula dependiendo de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) imputadas a cada modelo automovilístico. Cuando este indicador es inferior a los 120 gramos por kilómetro, el impuesto está eximido (0%). De 120 a 160 gramos se aplica una tasa del 4,75%, mientras que de 160 a 200 se cobra un 9,75% y de 200 en adelante se fija un gravamen del 14,75%.
El Ministerio de Industria es consciente del malestar que ha provocado esta medida entre las empresas del sector. Aunque el motivo alegado es que se ha producido un refuerzo de los estándares europeos, las patronales del ramo esperaban que el gobierno de España aplicase medidas de alivio similares al "factor de corrección" introducido hace dos años para aminorar el alcance del golpe fiscal.
Sin embargo, la cruda realidad es que, a comienzos de diciembre, el sector ya se teme lo peor y cree que el gobierno no les ofrecerá solución alguna. La consecuencia es que el 50% de los modelos despachados por los concesionarios pasarán a abonar alguno de los tramos del impuesto, frente al 20% que ahora mismo está sujeto a dicha tasa.
"Si tomamos un ejemplo medio, que sería la compra de un Seat León, vehículo más vendido en 2020 en España, vemos que el nuevo sistema implica una carga adicional de 825 euros en su versión más básica. Si hablamos de un modelo con mayor potencia y diseño, el encarecimiento llegaría a los 1.100 euros", explican fuentes del sector a Libre Mercado.
El sector espera que la cifra de matriculaciones para el conjunto de 2020 experimenta un descenso superior al 35%. Aunque se espera un repunte en 2021, la subida del impuesto de matriculación reducirá la facturación del sector por un monto equivalente a despachar 110.000 coches menos de lo que se esperaba.
Además, aunque el gobierno ha puesto en marcha un nuevo "Plan Renove", las cifras de ventas no parecen haber mejorado y, de hecho, han ido a peor. Así, mientras que en septiembre se observaba un descenso interanual del 13,5% en las matriculaciones, los dos primeros meses de vigencia de dicho programa de ayudas (octubre y noviembre) han ido de la mano de un descenso de las matriculaciones equivalente al 21% y el 19%.