El gobiernucho prepara una reforma fiscal para que las comunidades autónomas que no controla sigan evitando a sus ciudadanos el zarpazo fiscal en figuras impositivas tan abiertamente ilegítimas como el impuesto de patrimonio o el de sucesiones y donaciones. La ministra portavoz llama a este leñazo a nuestros bolsillos aplicar una cierta armonización fiscal, que es como calificar de músico al camarero Rhodes o llamar periodismo a lo que hacen en La Sexta: un insulto disfrazado de eufemismo.
Un partido socialdemócrata (es decir, socialista inteligente) tendría mucho cuidado con tocar esos impuestos que hacen en muchas ocasiones imposible acceder a la herencia. La vivaracha Montero debería recordar, llegados a este punto, las manifestaciones de víctimas del impuesto de sucesiones convocadas para pedir, precisamente, la armonización de la tasa con aquellas regiones que lo habían bonificado prácticamente en su totalidad. En Andalucía no eran pocos los casos en que la transmisión de una herencia suponía la ruina de los deudos por los impuestos que tenían que satisfacer a la Junta. Montero lo sabe bien, para eso era la consejera.
Pero lo de Sánchez tiene poco que ver con la socialdemocracia moderada que impera en otros países. Lo suyo es adelantar a Iglesias por la izquierda en una carrera alocada, sin preocuparse de las víctimas de los atropellos que van dejando en el camino. Ganará el chavista, por supuesto, como el kamikaze descerebrado que es, pero Sánchez dará por buena esa victoria pírrica de su socio a cambio de que la rufianada le apruebe los presupuestos y le garantice un año más en el poder.
La subida armonizada del impuesto de sucesiones hay que entenderla en conexión con el anuncio de una inmediata ley de eutanasia. Los socialistas ponen todas las facilidades para que no nazcas; si lo haces, tratarán de convertirte en un zombi moral con la educación pública, se quedarán con la mitad de lo que ganes durante toda tu vida y, cuando dobles la servilleta, intentarán quedarse también con la herencia. Con la anunciada ley de eutanasia, hasta podrán decidir si te dan matarile antes de lo previsto para redistribuir lo que hayas podido mantener a salvo de esta banda.
“¿De qué ha muerto tu suegra? De qué va a ser, de socialismo”. La conversación es surrealista, pero nadie podía imaginar que un zanguango como Iglesias llegaría a vicepresidente del Gobierno y ahí lo tienen, amenazándonos públicamente con que nos va a armonizar.