Venezuela está cada vez más cerca de convertirse en la Corea del Norte de América Latina y la mejor prueba de ello la representa Nicolás Maduro Guerra, más conocido como Nicolasito o Nicolás II, el hijo treintañero del sucesor de Hugo Chávez. Ahora, el polémico joven se prepara para suceder a su padre. Desde el año 2014, cuando apenas contaba con 24 años, ya ha formado parte de la política venezolana al convertirse en delegado del PSUV en la parroquia El Valle de Caracas. Desde 2017 es político electo como constituyente en la ANC.
Consiguió licenciarse en economía por la Universidad Bolivariana de la Fuerza Armada (UNEFA) y recibió poderes por parte de su padre para supervisar las empresas económicas privadas del país, a lo más puro dictadura dinástica. Por todo ello, en Venezuela ya le ven como el heredero directo de su padre cuando decida dejar el poder, sobre todo teniendo en cuenta la presencia de Nicolasito en las listas paras elecciones legislativas del 6 de diciembre, en las que el fraude aparece como telón de fondo.
Una vida llena de polémica
El pasado 21 de junio, cuando cumplió los 30 años de edad, el hijo de Maduro decidió celebrar su cumpleaños con una fiesta multitudinaria sin respetar las medidas de seguridad sanitaria. Además, según Nius, en la celebración también se encontraba el patriarca y el séquito de seguridad del Palacio de Miraflores. La noticia pasó desapercibida hasta que Javier Gorriño, el jefe de seguridad de El Hatillo, decidió denunciarlo públicamente generando una gran polémica en el país.
Pero este no ha sido el único incidente. En 2015, durante la boda de José Zalt, un empresario sirio-venezolano dueño de Wintex, Nicolas II fue recibido con una lluvia de billetes de dólares en el Hotel Gran Meliá de Caracas. Algo que generó una gran indignación entre los venezolanos debido a la complicada situación económica que atraviesa el país latino.
Entre otra de las polémicas también se encuentra el del estreno de un programa televisivo presentado por Maduro Guerra en el que habla con varios ministros sobre la historia de Venezuela, por supuesto siempre retocada. De hecho, tantas quejas levantó el programa entre los propios chavistas que se decidió suspenderlo.