El debate sobre los Presupuestos Generales del Estado sigue de plena actualidad, tanto por los controvertidos apoyos que está buscando el gobierno de España en el Congreso de los Diputados como por la honda preocupación que han generado las subidas de impuestos incluidas en el documento. Un buen ejemplo de esto último lo tenemos en la subida del IVA aplicado a las bebidas edulcoradas, que pasará al 21% si se aprueban los PGE.
Libre Mercado ya entrevistó a un experto en esta materia, Christopher Snowdon, quien repasó la evidencia internacional para subrayar que estos gravámenes tienden a arrojar resultados decepcionantes tanto en el terreno sanitario como en el plano recaudatorio.
En esta línea, el Instituto de Estudios Económicos ha publicado una nota de opinión en la que define esta medida fiscal como "un mal precedente para el debate tributario que puede sentar un precedente de malas prácticas en política fiscal, al contravenir los principios que deberían regir una fiscalidad inteligente y competitiva".
De partida, el think tank asociado a CEOE recalca que "los estudios existentes cuestionan la efectividad de este tipo de medidas tributarias tendentes a aumentar el coste de las bebidas con azúcar para reducir los problemas de salud asociados al sobrepeso y la obesidad", puesto que cualquier caída directa en el consumo de estas bebidas se ve compensada con la inclusión de otros productos en la dieta, de modo que no se produce una reducción neta en el consumo de calorías.
Por otro lado, el informe del organismo que preside Íñigo Fernández de Mesa recuerda que, aunque el gobierno espera que la subida se traslade al precio de estas bebidas, las empresas del sector pueden absorber el golpe reduciendo sus márgenes y asumiendo el encarecimiento a base de reducir sus gastos y costes. Aunque esto empobrece a toda la cadena de valor, el resultado final es que los consumidores no llegan a percibir una subida de precio y, en consecuencia, tampoco se produce un cambio en el consumo neto de calorías.
Además, el IEE recalca que la subida "incluye a las bebidas edulcoradas sin azúcar, que son el producto sustitutivo más cercano del refresco con azúcar. Tal oferta de producto contribuye a reducir las calorías consumidas sin alejar al consumidor del sabor esperado. Por lo tanto, al gravar del mismo modo a ambos tipos de bebida, se está dificultando la posibilidad de que los consumidores opten por una alternativa menos calórica". La patronal del ramo, ANFABRA, estima que estas alternativas representan el 30% del sector.
En cualquier caso, más allá de estos argumentos vinculados al terreno de la salud pública, el IEE también subraya que, "en la delicada coyuntura actual, resulta particularmente gravoso y contraproducente llevar a cabo incrementos impositivos. Se trata de una medida que llega en el momento más inoportuno, debido a la recesión económica que acaece y que golpea de forma especialmente acentuada a los sectores más potencialmente afectados por esta medida, caso de la hostelería".
De materializarse la reducción del 12% en la facturación del sector que plantea el gobierno, se agravarían los efectos de la presente crisis. "Así, teniendo en cuenta que el sector aporta 71.000 empleos, el descenso del 12% de la producción que espera conseguir el gobierno supondría una destrucción cercana a los 8.500 puestos de trabajo", explica el informe.
Así, el IEE recuerda que esta subida impositiva contribuirá a "agravar la crisis de la hostelería, ya que una buena parte del sector de la restauración está sujeto al sistema de estimación objetiva o por módulos. En concreto, unos 60.000 establecimientos se verán afectados, porque una subida de este impuesto reducirá los márgenes de tales negocios debido al incremento de los costes de producción derivado del nuevo IVA anunciado para estas bebidas".
Desde el Instituto de Estudios Económicos destacan que la política fiscal de otros países europeos ha discurrido por el camino opuesto. Así, el think tank dirigido por Gregorio Izquierdo pone como ejemplo las rebajas impositivas que han adoptado Alemania, Austria, Bélgica, Grecia, Irlanda o Reino Unido para ayudar al sector de la hostelería, con medidas de alivio en IVA, Sociedades u otros gravámenes. España, de nuevo, va a contracorriente: sube los impuestos que otros países europeos están bajando.
El estudio también pone en tela de juicio la estimación de ingresos del gobierno, que plantea una subida recaudatoria de 400 millones de euros, de los cuales 340 se darían entre enero y septiembre de 2021 y 60 millones se generarían entre octubre y diciembre y quedarían anotados al ejercicio del año 2022. No obstante, la previsión del IEE es que la cifra real de recaudación sea un 40% más baja de lo anunciado por el gobierno, situándose en el entorno de los 230 millones de euros, en línea con los cálculos de la AIREF.