La caída del precio del petróleo y la crisis económica que vive Argentina pasarán factura a Repsol-YPF. La petrolera anunciará sus resultados referidos a los nueve primeros meses del año el mismo día que la Organización de Países Exportadores de Petróleo dirá si recorta o no la producción de crudo con el fin de elevar el precio del barril tipo brent.
El mercado descuenta un recorte de la producción entre 1 y 1,5 millones al día, pero espera una subida del precio por encima de los 22 dólares. ¿Por qué? Por tres motivos: primero por los efectos que sobre la economía mundial y sobre la demanda tiene la evidente recesión económica en Estados Unidos; segundo porque países como Noruega, México y sobre todo Rusia no están dispuestos a hacer concesiones a la OPEP a costa de reducir sus ingresos, así que siguen bombeando crudo al mercado, y tercero, porque los propios miembros de la OPEP no respetan las cuotas de producción: Arabia Saudí quiere mantener los ingresos aunque caigan los precios, y Venezuela y otros países con menos capacidad de producción quieren elevar los precios para mantener sus ingresos.
Exploración, producción y refino serán las divisiones de Repsol-YPF que más sufran por la caída que viene experimentando el precio del crudo en los dos últimos meses. Las previsiones indican que la actividad de exploración y producción, que aporta a Repsol cerca de 60 pesetas de cada 100 que gana, caerá cerca de un 20%; la actividad de refino podría caer hasta un 50% y sólo el área de márketing -la venta de carburantes en las gasolineras- experimentará una ligera mejora frente al tercer trimestre del año anterior. Por si esto fuera poco, los expertos se muestran cautelosos con los yacimientos que Repsol-YPF tiene en Trinidad y Tobago: dicen que hasta el momento no dan los resultados apetecidos y que hasta 2003 sus reservas no se podrán explotar intensamente.
Otro dato que puede pesar en la cuenta de resultados de Repsol-YPF es que es una de las empresas españolas con mayor exposición en Argentina. El país que preside Fernando de la Rúa le hace sufrir por varios motivos: por la recesión económica que vive el país, que provoca un menor consumo por parte de empresas y particulares; por un invierno caliente y lluvioso que ha favorecido la energía hidráulica, y por el temor a una devaluación del peso. Aunque la compañía asegura que una devaluación del peso no perjudicaría sus ingresos porque éstos son en dólares, lo cierto es que sólo el 60% de sus activos están indiciados en dólares. Por ello, una devaluación del peso de un 20% provocaría en Repsol un descenso del cash-flow (beneficios más amortizaciones) neto de unos 200 millones de euros, una cantidad nada despreciable si tenemos en cuenta que el cash-flow que genera anualmente Repsol es de 3.100 millones.
Argentina, precio del crudo, menor demanda... tres factores que determinarán los resultados de Repsol-YPF. Su beneficio, según los pronósticos, arrojará un descenso del 25% en el tercer trimestre frente al mismo periodo de 2000.
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