Argentina incumplió las obligaciones de su deuda y también abandonó el sistema de convertibilidad, lo cual significa que incumplió además su compromiso con quienes tenían pesos. Así el gobierno de Duhalde procedió a anular las obligaciones contractuales que tenía la República Argentina. El resultado ha sido el previsible caos económico que sufre ese país.
La anulación unilateral de contratos tiene una dimensión moral. En 1790, Hamilton presentó al Congreso su “Informe sobre Crédito Público” y éste es, quizás, el documento clave de la historia financiera de Estados Unidos. Allí recomendó pagar las deudas incurridas por el gobierno anterior y que las deudas de los estados por la guerra de independencia fuesen asumidas por el nuevo gobierno central. Hamilton hizo esa recomendación basándose tanto en principios económicos como morales, ya que “las reglas de moralidad y justicia se aplican a las naciones tanto como a los individuos”.
Además de leer a Hamilton, los gobernantes argentinos debieran también leer a Juan Bautista Alberdi (1810-1884), el padre de la Constitución argentina, quien predijo que la inconvertibilidad de su moneda sería la ruina de la Argentina. De hecho, el libertinaje fiscal y monetario, la altísima inflación e inestabilidad económica se han repetido una y otra vez en la Argentina. La única manera de acabar con tan tortuosa historia monetaria es eliminando al banco central y dolarizando la economía.
Ecuador y Argentina acaban de publicar sus estadísticas de recaudación fiscal para los primeros dos meses del año. Ecuador reportó que su recaudación, sin contar los ingresos por petróleo, fue 41% más alta que en el 2001, cuando sobrepasó en 42% la recaudación del año 2000.
Luego de una crisis monetaria y una depresión, Ecuador dolarizó su economía en el 2000 y no ha aumentado los impuestos. Eliminó un detestado impuesto de 0,8% sobre las transacciones financieras que generó el 20% de los ingresos no-petroleros en el 2000. El Fondo Monetario Internacional presionó para que subiera el Impuesto al Valor Agregado del 12% al 14%, pero el Tribunal Constitucional rechazó el incremento.
Por el contrario, la recaudación en Argentina ha venido cayendo desde hace varios años; lo recaudado en enero y febrero de este año fue 20% menos que el año pasado, sin tomar en cuenta la masiva devaluación sufrida por el peso.
Durante el gobierno de Fernando de la Rúa, Argentina incrementó las tasas de impuestos tres veces, en enero del 2000, abril del 2001 y agosto del 2001. Por su parte, Eduardo Duhalde ha propuesto varios impuestos nuevos para reducir el déficit fiscal, por encima del incremento automático de las tasas reales debido a la inflación y a la depreciación del peso. La tasa tope de 35% del Impuesto Sobre la Renta se aplicaba a quienes antes ganaban más de 102.300 dólares al año. Ahora se aplica a quienes ganan 25.575 dólares, gracias a la devaluación del peso. Los argentinos tienen bastante práctica en la evasión fiscal, por lo que con las políticas actuales el gobierno puede estar seguro que sus ingresos caerán dramáticamente.
Mientras tanto, el FMI espera que Argentina presente un plan de “disciplina fiscal” antes de prestarle para “estabilizar la moneda”. Pero lejos de ser la estabilización monetaria el resultado de un presupuesto balanceado, éste se logra solamente si antes se estabiliza la moneda a través de la dolarización.
Schuler es economista senior del Comité Económico del Congreso de Estados Unidos. Hanke es profesor de Economía en Johns Hopkins University y académico del Cato Institute.
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