La bola de cristal que consultan los analistas económicos augura un futuro prometedor a la Deutsche Telekom (DT) y también vaticina cambios en la cúpula directiva del consorcio, aunque no afectarán directamente a la cúspide. Una profecía que, hasta hace poco, hubiera sonado digna de un cuento de hadas.
Cuando este invierno las acciones del consorcio perdieron un 75% de su valor en Bolsa y un grupo de pequeños accionistas presentó una demanda colectiva contra DT por informar incorrectamente sobre el valor de las propiedades inmobiliarias provocándoles pérdidas en sus inversiones, Ron Sommer, alias Herr Telekom, presidente del mayor grupo alemán de telecomunicaciones, vio tambalearse sus cimientos.
Pues bien, avatares como el que durante un tiempo el propio canciller Schröder ignorara a Sommer cuando pedía “audiencia” y vicisitudes como la propuesta de algunos candidatos a sustituirle, no han conseguido doblegar a Herr Telekom. Hicieron falta dos golpes de suerte: uno, que Schröder se decidiera por fin a apoyarle en público y, otro, que diese en el clavo con la compra de Voicestream y Powertel, las compañías norteamericanas de telefonía móvil.
Ahora Sommer ha dado otro paso delegando competencias en la reestructuración de la cúpula directiva, aunque se mantiene fiel a los cuatro pilares en los que se basa la estrategia de DT, a saber: la red de telefonía básica, la telefonía móvil, internet y la venta de paquetes completos de servicios de telecomunicaciones.
Dentro de unas siete semanas tendrá que personarse ante la asamblea de accionistas y es ahí donde se verá hasta dónde llega la confianza que depositan en él. De momento, con la entrada en el mercado norteamericano Sommer tiene un gran punto a su favor. Si la compra de Powertel y Voicestream se consolida al finalizar el segundo trimestre de 2001, el consorcio podría lograr un volumen de negocios de más de 50 billones de euros, diez más que en 2000. Además, en Estados Unidos se espera un cambio en la política fiscal para fines de año. Si se aprueba el plan, a partir de 2002 habrá que corregir anualmente el balance del consorcio, en lugar de amortizarlo una vez cada quince años como hasta ahora. Según informaciones difundidas por el semanario alemán “Capital”, la compra de Voicestream y Powertel podría suponer una amortización anual de más de 3 billones de euros.
Como ven, el verano de Sommer se presenta muy prometedor.
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