A Anna Birulés han empezado a recordarle algunos ciudadanos que “lo suyo” tiene que ir bastante más allá de las telecomunicaciones. A doña Anna, con dos enes, le fue encargado un departamento ministerial que se llama de Ciencia y Tecnología. Dicen los científicos, y quienes se dedican a esas tareas siempre ingratas y generalmente desconsideradas de investigar, que doña Anna se olvida por principio y por sistema hasta de sus propios sueldos, bolsas, becas de estudios y restantes complementos para poder acometer sus tareas. Y eso ocurre en este tiempo de legionella, vacas locas y otras cuestiones por investigar, averiguar y combatir.
No se quejen, que de repente ha surgido otra cuestión que ha recordado que antes había un departamento llamado Industria, y del que ahora se supone que también se ocupa la señora Birulés: es otro Plan Renove, para modernizar el parque automovilístico, sustituyendo los viejos coches con gasolina con plomo. Ya ven ustedes que tiene tareas, además de las telefonías y las licencias radiotelevisivas, nuestra doña Anna, sucesora del señor Piqué.
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