Ahora que un semanario asegura que lo de la boda del Príncipe, su mero anuncio, pasó a la historia, o ha quedado pospuesto para mejor ocasión, nos anuncian los mejor informados que el noviazgo está en otro lugar y en otro ámbito. El banco Popular ha vuelto a mirar a su alrededor y ha visto la posibilidad de enlace con el Atlántico. Y si algo ha trascendido, cabe suponer que ha sido porque las cosas están muy verdes, y acaso irrealizables, o bastante maduras como para poder hablar de posibilidades sin que nada se estropee...
¿Habrá boda en el segundo escalón de los bancos intermedios? Dicen los especialistas que ésta sería la mejor contra OPA que pudieran adoptar los dos beneficiarios, el mejor modo para mantener su condición de “los medianos grandes”, ya sin competencia posible, y con muchas menores posibilidades de que se los termine tragando algún tiburón gigante germano. Sin ir más lejos...
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