El coronavirus ha trastocado los planes de todo el mundo. Desde particulares a empresas, pasando por la administración, todos han visto cómo lo que estaba previsto en el año 2020 se ha desvanecido o transformado en unos meses. La crisis económica que ha acompañado a la emergencia sanitaria que ha provocado la pandemia ha hecho retroceder a la economía española a niveles previos a la recuperación de la crisis de 2008. Por eso, ahora más que nunca, resulta esencial apoyar a aquellos colectivos que pueden contribuir a que se revierta esta situación.
El apoyo a las pymes
La pequeña y mediana empresa española representa el 99,8% del tejido empresarial. Los datos de agosto de 2020, según Ipyme, indican que hay en España 2.857.633 de pymes que generan casi 15,5 millones de puestos de trabajo. Esto supone un pilar clave en el desarrollo económico de nuestro país y del sector privado.
El pasado mes de julio el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo lanzó un Plan de Choque post-covid en apoyo a la internacionalización de la empresa española. Este plan busca preservar el tejido productivo, con especial atención a las pymes, configurar el sector exterior como pilar de crecimiento y empleo y potenciar la capacidad de resiliencia del sector exterior. Todo este proceso se basa en conseguir en las empresas internacionalizadas un cambio estructural necesario hacia la digitalización y el uso masivo de tecnologías.
Y no solo el sector público está buscando la manera de ayudar a los empresarios españoles. Grandes multinacionales como Banco Santander han lanzado planes para apoyarlas. Durante el primer semestre del año la entidad que preside Ana Botín impulsó la internacionalización de las empresas con nuevos servicios digitales y una financiación de 10.600 millones de euros, un 3% más que el año anterior.
La internacionalización, ¿un salvavidas para las pymes?
En tiempos de pandemia y con el mercado nacional mermado por las consecuencias de la crisis económica que estamos empezando a sufrir, muchas pymes españolas tendrán que acelerar o plantearse sus procesos de internacionalización. Siempre es una apuesta buscar mercados más competitivos o con distinta regulación en materia fiscal que permitan la diversificación de la empresa.
Las pymes españolas pueden usar sus ventajas competitivas para conseguir un hueco en distintos mercados, algo que podría ser un salvavidas para muchas de ellas en la actualidad. En este sentido, la Cámara de Comercio ofrece, por ejemplo, una serie de claves para lograr la internacionalización. Esta puede ser la clave de la recuperación de las pymes españolas en la era post-covid.
Por parte del sector privado, Banco Santander pone a disposición de este colectivo distintas herramientas para apoyar la internacionalización de las pymes españolas. Uno de esos productos es One Pay FX, el servicio de transferencias internacionales de la entidad que preside Ana Botín y que ha alcanzado los 450 millones de euros en transferencias en seis países de Europa y América desde 2018.
El Grupo también ha lanzado en junio la contratación digital de divisas para ayudar a las pymes en su proceso internacional, con transacciones sencillas, como emisión de transferencias internacionales, financiación de importación, anticipo de facturas y la emisión de créditos documentarios.
Otros productos con los que Banco Santander cuenta para apoyar la internacionalización de las pymes españolas es Santander Trade, una plataforma digital con la que el empresario puede conectar con más de 16.000 empresas de distintos países para establecer posibles relaciones comerciales y puede acceder a toda la información que necesita para conseguir expandir su actividad más allá de sus fronteras.
También desarrolla Santander Global Trade Platform Solutions, que proporciona un único espacio de comercio internacional de forma digital y con un acceso sencillo a pagos, financiación o gestión de tesorería, entre otros servicios.
Con International Desk, la entidad ayuda a las pymes a establecerse o invertir en otros países, con un servicio de atención personalizada multilingüe, coordinación con los gestores del banco y acceso a una red de contactos internacionales. En este sentido, la expansión internacional de Banco Santander es una garantía ya que cuenta con más de 2.000 bancos corresponsales repartidos por 152 países en todo el mundo.
El ejemplo de Gebio
Gebio es una pyme española del sector de la eficiencia energética nacida en 2013. Cuenta con tres líneas de negocio: la biomasa térmica, el ahorro energético y la reutilización de agua en procesos industriales. Esta empresa comenzó su andadura con la ayuda y la financiación de Banco Santander a través del Fondo Smart.
Su CEO, Javier Ruiz de Terry, ha asegurado a Libertad Digital que "la ayuda del Fondo Smart de Banco Santander ha sido fundamental para el proceso de internacionalización de nuestra empresa". Ruiz de Terry busca desde Gebio, como una de sus principales estrategias de crecimiento, "liderar el mercado de los biocombustibles sólidos de origen forestal en la Península Ibérica".
Para conseguirlo ha apostado por la producción en Portugal porque "cuenta con grandes ventajas competitivas frente a España". "Con la ayuda de Banco Santander, hemos podido desarrollar el proyecto industrial que necesitábamos en el distrito de Oporto para producir 30.000 Tm (toneladas métricas) de pellets (porciones de material sedimentado)", contó el empresario.
Gebio, en palabras de su CEO, "es uno más de los muchos proyectos que están surgiendo en los últimos años, tanto en eficiencia energética como en la lucha contra el deterioro medioambiental". "En temas de eficiencia energética estamos muy concienciados de que el coste de la energía empieza a ser una prioridad en los sectores más pujantes de nuestra economía, que son el agroalimentario y el turístico", aseguró.
El empresario destacó, además, que, "en cuanto a la lucha contra los desastres medioambientales, estamos focalizados en dos aspectos principalmente: la gestión forestal para luchar contra los incendios y el tratamiento de agua de procesos y residuos de origen industrial".
Como todas las empresas españolas, Gebio se ha visto afectada por la crisis del coronavirus y, en especial, por el confinamiento. Así, su proceso de internacionalización, apoyado por la entidad financiera, ha sufrido algún que otro contratiempo: "No cabe duda de que el confinamiento ha supuesto un cierto retraso en las medidas que teníamos previsto acometer en Portugal en 2020, pero nuestra planificación estratégica es a largo plazo y, con un horizonte temporal superior a cinco años, la coyuntura no va a evitar que Portugal vaya a representar en este ejercicio el 40% de nuestro volumen de negocio, cuando el año pasado fue apenas del 12%", explica Javier Ruiz de Terry.