Durante el primer trimestre de 2020, el epidemiólogo Anders Tegnell se encargó de diseñar la estrategia de respuesta de Suecia ante la propagación de la covid-19. Desde un primer momento insistió en que la lucha contra el coronavirus "no es un esprint, sino una maratón" y pidió que los resultados de su estrategia sean "medidos en el medio y largo plazo, no evaluando cifras diarias o semanales".
La apuesta de Tegnell se basa en recomendar a la población que cumpla una serie de medidas sanitarias básicas: fomento del teletrabajo, higiene personal, precaución extrema en el contacto con personas de mayor edad… Además, se introdujeron algunas restricciones puntuales, como la reducción de aforo en la hostelería o la anulación de eventos de masas.
Salvando estas limitaciones, la vida social y económica ha seguido su curso con relativa normalidad. Podría decirse, pues, que Suecia ha sido el país que menos ha restringido las libertades civiles y económicas de los ciudadanos en el marco de la actual pandemia, pero ¿qué resultado han tenido estas políticas?
En el flanco económico, la apuesta por la adaptación se ha traducido en una recesión mucho menos dura que la observada en el resto de Europa. Mientras que los suecos sufrirán en 2020 un descenso del PIB del 3%, en la Eurozona se espera una caída del 8% y en España se proyecta un desplome del 12%. En 2021, el aumento del PIB rondará el 4%, perfilando así una recuperación de la economía con forma de "V".
En clave sanitaria, cuando se analiza la mortalidad en Suecia en comparación con los demás países nórdicos sí se observa un diferencial negativo. Tegnell ha explicado que más del 70% de los fallecimientos de la primera ola afectaron a personas de más de 70 años que vivían en residencias de mayores.
"Lo cierto es que, lamentablemente, no actuamos con la suficiente rapidez en el frente de las residencias de mayores y eso explica buena parte de los fallecimientos que tuvimos al comienzo de la pandemia", ha reconocido el epidemiólogo, cuyo equipo no ha dudado en entonar el mea culpa cada vez que se ha tocado esta cuestión en sus comparecencias públicas.
Segunda ola
Eso sí: ahora que buena parte de Europa encara nuevas medidas de confinamiento (con severas restricciones en Alemania, Bélgica, España, Francia, Portugal, Reino Unido…), los suecos se comparan favorablemente y valoran positivamente el bajo número de rebrotes, hospitalizaciones y fallecidos que se ha venido observando en los últimos meses, desde el final del verano hasta la fecha.
En este sentido, Tegnell ha insistido desde el comienzo en que su estrategia quedará validada en el medio y largo plazo, de modo que la menor incidencia que parece observarse ahora que el Viejo Continente enfrenta una segunda ola vendría a validar la tesis del epidemiólogo encargado de la estrategia sueca.
Lo que sí es seguro es que la población sueca confía en la estrategia de Tegnell, puesto que las más recientes encuestas muestran que su aprobación ya alcanza el 72%, el mayor porcentaje de toda esta pandemia. Y es que, lejos de despertar la controversia que genera Fernando Simón en España, el epidemiólogo sueco cuenta con el aplauso generalizado de la ciudadanía de su país.