El Gobierno social-comunista se dispone a saquear al contribuyente. Que España esté sufriendo su peor crisis económica y sanitaria en tiempos de paz no es motivo suficiente para aplacar la voracidad de Hacienda, como prueba el documento que ha mandado a Europa, donde se contempla un rejonazo tributario de más de 9.000 millones de euros, absolutamente demoledor para las comatosas finanzas de millones de particulares y empresas.
Con la economía al borde del colapso, el socialista Pedro Sánchez y el comunista Pablo Iglesias no tienen mejor idea que esquilmar a las fuerzas productivas. Así, en 2021 entrarán en vigor la Tasa Google y la Tasa Tobin, los primeros impuestos que aprobaron. Según sus cálculos, las arcas públicas ingresarán 850 millones de euros con la Tasa Tobin y 968 millones con la Tasa Google. Sánchez e Iglesias presumen de que van a sacar una ingente cantidad de dinero a las malvadas multinacionales, pero ocultan que será el cliente final el que acabe pagando la factura.
Excusándose en la protección del medioambiente y la salud de los españoles, el Gobierno se ha sacado el Impuesto al Plástico y una subida del IVA a los refrescos y zumos azucarados y edulcorados –es decir, a todos–. La hipocresía de sus argumentos es tan descarada que ni siquiera se han molestado en disimular que lo que les preocupa no es la obesidad o la diabetes, sino llenar las vacías arcas del Estado a cualquier precio. Por eso piensan gravar de la misma manera a las modalidades light y zero, con lo que no van a desincentivar el consumo de las modalidades azucaradas con este sablazo que va a perjudicar bastante a las rentas más bajas. Con el Impuesto al Plástico pretenden recaudar 491 millones y con el de los refrescos, 400 millones. Veremos cuáles son las cifras definitivas.
Hay otras subidas fiscales que todavía están sin concretar. Uno de los apartados del documento de marras habla de 1.361 millones de euros que se obtendrán de la fiscalidad verde, lo que puede ocultar la subida del diésel. Otro golpe a los conductores más pobres. Además, tienen previsto embolsarse la friolera de 2.548 millones en concepto de fiscalidad directa, donde entrarán la subida del IRPF y la de Sociedades. Respecto a la fiscalidad indirecta, también hay otra partida de 1.724 millones, que incluirá un trasvase de productos de los tipos reducidos del IVA al general, del 21%.
Que en plena pandemia España sea uno de los pocos países que subirán impuestos en lugar de apoyar a su economía bajando la presión fiscal –como han hecho Alemania, Reino Unido, Portugal y hasta Italia– pone de manifiesto que el chavismo-peronismo de Sánchez-Iglesias pretende sumir en la ruina al país. Si sus expectativas recaudatorias ya están infladas, desangrando todavía más a la economía nacional no conseguirán, ni de lejos, los ingresos que se han propuesto.
Es urgente fomentar el consumo, la inversión y otorgar un balón de oxígeno a las empresas. Y eso sólo puede hacerse sacando a Sánchez y a Iglesias de la Moncloa.