La semana pasada, el Gobierno envió in extremis a Bruselas el borrador de presupuestos. En sus más de 100 páginas, el Ejecutivo socialista no fue capaz de concretar todas las subidas fiscales que le esperan al contribuyente al año que viene, aunque sí que especificó algunos impuestos nuevos. El IVA a los refrescos y zumos es uno de los más llamativos.
Como recoge el documento, el plan del Ejecutivo socialista consiste en incrementar el IVA de las "bebidas con azúcares o edulcorantes añadidos" del 10% al 21% con el objetivo de "fomentar hábitos más saludables" entre la población. El Ministerio de Consumo ya anunció hace varias semanas la puesta en marcha de este tributo justificándolo en "acabar con la obesidad infantil".
Desde las patronales del sector, critican que el Gobierno se escude en la salud de los consumidores cuando lo que pretenden es subir el IVA a todo tipo de refrescos, desde la Coca-Cola normal a la Zero, pasando por la Light. Estas dos últimas no llevan azúcar, pero sí edulcorantes, por lo que, aunque contribuyan menos a la obesidad, estarán igual de penalizadas. Lo mismo ocurre con la Pepsi Light o con la Fanta Zero y una lista infinita de variedades de refrescos, zumos y batidos, señalan fuentes del sector a Libre Mercado. Como todas van a subir de precio tras el incremento del IVA, el contribuyente no va a tener ningún incentivo fiscal a dejar de consumir las bebidas que más azúcar tienen.
Mientras tanto, el ministerio de Alberto Garzón ha emprendido una campaña contra el azúcar en la que asegura que "el azúcar mata" y que "el consumo de azúcar es una de las principales causas de diabetes y obesidad en el mundo". ¿Por qué entonces va a gravar de la misma manera a las versiones light? Los fabricantes afectados lo tienen claro: por puro afán recaudatorio.
El consumo de azúcar es una de las principales causas de diabetes y obesidad en el mundo.
Refrescos, bollería, chocolate y yogures, son algunas de las fuentes ocultas de azúcares añadidos en nuestras despensas 🥤#ElAzúcarMata#DiaMundialDeLaAlimentacion #WorldFoodDay pic.twitter.com/52d3nNrvij
— Ministerio de Consumo (@consumogob) October 16, 2020
"Todavía el impuesto catalán a los refrescos grava sólo el azúcar, pero este es un impuesto total, que grava todo sin ningún rigor científico", señaló ayer martes el director general de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra), Josep Puxeu, en un acto que reunió a todas las patronales afectadas.
El impuesto catalán —el único de España en este sentido— aplica 8 céntimos por litro a las bebidas que contengan entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Las que posean más de 8 gramos de azúcar por esos 100 mililitros pagan 12 céntimos por cada litro. Las bebidas que no tienen azúcar o tienen menos de esa cantidad, se libran de las garras de Hacienda. Ahora, con la medida del Gobierno, todas van a subir de precio.
La respuesta del sector
En el acto de ayer, las patronales AECOC, ACES, ANGED, ASEDAS, Amfabra, Hostelería de España, Marcas de Restauración, Promarca y Fiab quisieron presentar el estudio que le han encargado a PWC sobre los impactos negativos de subir el IVA. Aseguran que "la evidencia científica basada en la experiencia de países que han implementado impuestos a alimentos y bebidas con el objetivo de mejorar la salud demuestra que la política fiscal utilizada para resolver el problema de la obesidad es limitada, inconcluyente e incluso lo han eliminado por los efectos negativos que tiene sobre la actividad económica, el empleo o la equidad". Así, afirman que en Francia y México, "tras 6 años de aplicación del impuesto a las bebidas azucaradas, no muestra hasta el momento ningún efecto en términos de reducción de sobrepeso y países como Dinamarca, Eslovenia, Australia y Colombia lo han eliminado por ineficaz y negativo para el conjunto de la economía".
Desde el punto de vista social, el incremento del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas del 10% al 21% también impactaría negativamente en las rentas más desfavorecidas, que además, señalan, consumen más cantidad de este tipo de productos. "Los impuestos ad valorem, que se fijan en función del precio del producto, como el IVA y los impuestos unitarios, son muy regresivos, ya que no tienen en cuenta la renta de los hogares: por cada unidad de producto comprado, pagan lo mismo las rentas más altas que las más bajas", recuerda el Informe de PwC. "No tenemos dudas de que una subida del IVA respondería a un criterio puramente recaudatorio y vulneraría los principios de no discriminación, necesidad, proporcionalidad y simplificación de cargas administrativas", señalan los representantes de las organizaciones sectoriales. El Gobierno prevé recaudar 340 millones de euros con su puesta en marcha.