Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 2.681 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que representa un incremento del 4,7% con respecto al mismo periodo del ejercicio pasado, informó la compañía.
La energética indicó que los impactos por el Covid-19 representan 308 millones y 203 millones de euros a nivel de beneficio operativo neto (Ebit) y de beneficio neto, respectivamente, por el efecto sobre la demanda y las provisiones por insolvencias.
El resultado de Iberdrola recoge también las plusvalías de 485 millones de euros de la venta el pasado mes de febrero de su participación del 8% en Siemens Gamesa por 1.099,4 millones de euros.
Así, descontando los factores no recurrentes en el período, tanto en 2019 como en 2020, el beneficio neto ajustado de la compañía se situaría en 2.553,2 millones de euros, un 8,8% más.
A septiembre, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ajustado se elevó un 3,2%, hasta los 7.561,5 millones de euros. La evolución de esta magnitud, que incluye el efecto Covid-19 de 216 millones de euros, está apoyada por el incremento de capacidad instalada renovable y la evolución operativa del negocio renovable y de generación y clientes. Eliminados extraordinarios del período en 2019 y 2020, el Ebitda alcanzaría los 7.345,2 millones, un 2% menos.
Por negocios, el Ebitda en renovables aumenta un 5,6%, hasta los 1.771,5 millones de euros, impulsado principalmente por el Reino Unido y Estados Unidos y tras aumentar la potencia media operativa un 7,4%, hasta los 29.175 MW, y la capacidad instalada total hasta los 33.701 MW.
El área de generación y clientes presenta un crecimiento del 10,3% y alcanza un Ebitda de 2.004,3 millones de euros. Redes, por su parte, impactada por el efecto Covid-19 y situaciones climatológicas adversas en Estados Unidos, reduce su Ebitda un 10,7%, hasta los 3.519,7 millones de euros.
Normalización de la demanda
La eléctrica destacó que evolución en el último trimestre muestra "una progresiva normalización" de la demanda y los precios de energía en España y el Reino Unido, mientras que países como Estados Unidos y Brasil avanzan en la implantación de medidas regulatorias de recuperación.
Asimismo, el grupo presidido por Ignacio Sánchez Galán señaló que el aumento de las inversiones, la evolución operativa de los negocios y la diversificación del modelo le permiten mantener su previsión de beneficio neto para el cierre de 2020, con un crecimiento estimado de un 'dígito medio/alto'.
Asimismo, reiteró su política de retribución al accionista, con la puesta en marcha de una nueva edición del programa 'Iberdrola Retribución Flexible', con el que distribuirá un dividendo a cuenta de 2020 de al menos 0,168 euros brutos por acción. El importe final será abonado en febrero de 2021.
Mantiene ritmo inversor y previsión de 10.000 millones
El grupo mantuvo su ritmo inversor en el periodo, hasta alcanzar los 6.638,1 millones de euros, una cifra récord que representa un 23% más que en el mismo periodo del año anterior y refuerza el compromiso de la compañía con la reactivación económica.
"A pesar de las dificultades del entorno que nos toca vivir, la aceleración de nuestras inversiones nos impulsa a seguir siendo un motor clave de la reactivación económica y la creación de empleo, a la vez que mejoramos nuestros resultados financieros", ha señalado Galán.
Así, esta actividad inversora permitió incorporar al grupo 4.600 nuevos megavatios (MW) en el último año, de los que 1.300 MW han sido instalados en el tercer trimestre de 2020, y continuar avanzando en la construcción de más de 7.600 MW. A cierre de septiembre de 2020, la compañía suma 14.000 MW a la cartera -aproximadamente un 90% es eólica marina-, que supera ya los más de 70.000 MW en el mundo.
Iberdrola sigue apostando por inversiones que activen la recuperación verde, focalizadas en renovables, redes, almacenamiento de gran capacidad, así como por nuevas tecnologías, como el hidrógeno verde, para promover la descarbonización en segmentos como la industria. Así, las inversiones en renovables crecieron un 52% a septiembre y representan el 54% del total invertido en el período, mientras que las destinadas a redes aumentaron un 5,5% y suponen el 38% del total.
Asimismo, la compañía ha reafirmado su compromiso de alcanzar los 10.000 millones de euros de inversión prevista durante el ejercicio, a pesar del impacto de la Covid-19.
Durante el período, Iberdrola continuó mejorando su eficiencia, con una reducción del 1,8% del gasto operativo neto. Por su parte, la generación de flujo de caja aumentó un 2,3%, hasta los 5.957,5 millones de euros a cierre de septiembre, mejorando las ratios de solvencia. La liquidez del grupo supera los 13.800 millones de euros, cubriendo 30 meses de necesidades financieras.