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Plazos de cobro superiores a 60 días, soluciones como el factoring permiten cobrar en unas horas

El 50% de las compañías trabaja en unos plazos de entre 60 y 90 días, siete puntos porcentuales más que en primavera y 10 puntos más que en 2019.

El 50% de las compañías trabaja en unos plazos de entre 60 y 90 días, siete puntos porcentuales más que en primavera y 10 puntos más que en 2019.
Las ventajas del factoring | Photoclub

La pandemia de coronavirus ha reducido de manera notable el porcentaje de empresas que opera dentro de los plazos establecidos para la lucha contra la morosidad, de modo que el 37% de las sociedades lo hace con plazos medios inferiores a los 60 días, en contraste con 2019, cuando prácticamente la mitad del tejido empresarial trabajaba por debajo de los dos meses, según Crédito y Caución e Iberinform.

El análisis destaca que el porcentaje "apenas cambia entre puntos frente a la oleada de primavera", observándose la única mejora sensible de otoño en el tramo por encima de los 90 días (13%), cuando los valores vuelven a acercarse a la situación anterior al Covid-19 (11%).

El 50% de las compañías trabaja en unos plazos de entre 60 y 90 días, siete puntos porcentuales más que en primavera y 10 puntos más que en 2019.

Por su parte, el 79% de las empresas tiene que aceptar plazos de pago superiores a los deseados para poder mantener su cartera de clientes, lo que refleja un empeoramiento del comportamiento de las pymes. El 54% de las empresas, cuatro puntos más que en primavera, debe aceptar plazos de pago más extensos de sus clientes en este segmento para mantener la relación comercial.

Este empeoramiento entre las diferentes épocas del año también se da, aunque en menor medida, en el segmento de autónomos (dos puntos, hasta el 21%). Como dato relevante, por primera vez desde que se realiza este estudio, en las dos oleadas de 2020 se registra un peor comportamiento entre las pymes que en la gran empresa.

"Esta evolución dispar refleja las diferentes necesidades de financiación por parte de los distintos segmentos así como su capacidad para imponer plazos de pago a sus proveedores", explica el texto. La única mejoría se refleja en el sector público, que ha reducido en dos puntos porcentuales su necesidad de aceptar plazos superiores a los deseados, hasta el 6%.

Al abordar las razones que explican la morosidad empresarial, la oleada de otoño refleja un crecimiento significativo de siete puntos, hasta el 52%, de los retrasos intencionados por parte de los clientes, ya que, en un contexto de incertidumbre, las empresas han optado por proteger su caja.

No obstante, tanto en primavera como en otoño la falta de disponibilidad de fondos constituye la razón más citada (55%), por delante del retraso intencionado de los clientes (52%), la complejidad del procedimiento de pagos (14%), las disputas sobre la calidad de los bienes (8%)y servicios suministrados o la emisión de facturas incorrectas (5%).

La importancia del circulante

Como ya se hizo evidente durante la crisis financiera durante la segunda década de los 2000, el empeoramiento de la morosidad, tensiona la caja de las empresas -fundamentalmente de las pymes- y coloca a las compañías en posiciones insostenibles que, en muchos casos, terminan en el cierre de la compañía.

Es más, según recuerdan los especialistas en tiempos de crisis dos terceras partes de las empresas que quiebran lo hacen arrastradas por el impago o retrasos en los pagos de otras a las que habían financiado como clientes.

En este contexto, las compañías tienen que dotarse de herramientas que les permitan afrontar la crisis con el objetivo de mantener liquidez. Los aplazamientos establecidos en la modificación de la Ley concursal, pueden ayudar, según recuerdan recientes informaciones de Infocif, aunque disponer de información a cerca del estado real de los acreedores, así como sus informes de riesgos, puede permitir fundamentalmente a pymes y autónomos trazar una estrategia de éxito para soportar las tensiones que va a provocar en sus flujos de caja los impagos.

En este sentido el factoring ya es una alternativa efectiva para evitar el riesgo del cliente. Se trata de un mecanismo de financiación que permite a las empresas cobrar anticipadamente el importe de las deudas evitando el riesgo de insolvencia por parte de sus proveedores a cambio de un porcentaje. Con la herramienta de factoring de Infocif es muy fácil calcular cuánto y cómo se puede recuperar de las deudas que mantienen las compañías. Los especialistas recuerdan que la optimización del capital circulante es clave para salir de esta situación.

Además, en el momento de crisis en que nos encontramos, y las crecientes tensiones de liquidez, la financiación es necesaria y las empresas tienen que buscar opciones complementarias a la banca, que sean solventes y con experiencia como Gedesco, que atesora 20 años como opción prioritaria de financiación para muchas empresas y que ofrece un amplio abanico de servicios.

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