"Nos nos ha quedado más remedio. El negocio en estas circunstancias es inviable. No podemos hacernos el harakiri. Ya no lo podemos soportar. Esta incertidumbre constante nos está matando. El Gobierno nos somete a cambios legislativos en el mismo día y no podemos defendernos ni prepararnos. Necesitamos una relativa certeza y no enfrentarnos a que en el mismo día se ordene una cosa y la contraria. El decretazo del estado de alarma nos ha llevado al cierre", concreta Luis Alfonso Muñoz Sánchez, director de comunicación, gestor de la empresa y nieto de Marcelo Muñoz Díaz, uno de los fundadores del histórico restaurante temático.
Cuatro de los ocho locales del Museo del Jamón han echado la persiana. La emblemática y tradicional casa de paletillas y perniles se ha visto obligada a cerrar las puertas de sus principales establecimientos ubicados en los alrededores de la Puerta del Sol en Madrid. Los clientes de los restaurantes de la Carrera de San Jerónimo, calle Mayor, Plaza Mayor y Paseo del Prado ya han sido avisados de la irremediable clausura.
Muñoz, responsable de la la gestión del Museo del Jamón, junto con su padre y su tío, cuenta lo difícil y doloroso que ha sido comunicarlo a los empleados. "Esta mañana fui a preparar el cierre de uno de los establecimientos y la Puerta del Sol estaba vacía. Mis trabajadores lo están pasando fatal. Ellos viven el negocio como si fuera suyo. Con todo el dolor de nuestro corazón hemos tomado esta decisión. No sabemos si esto se llevará por delante el negocio y tendremos que terminar cerrando definitivamente. Se nos cae el alma a los pies. De verdad que es muy doloroso tener que hacer esto", reitera con tristeza Luis Alberto Muñoz.
"Es una señal de socorro"
Pero cuando las cuentas no salen no queda otra. Alrededor de ochenta trabajadores del Museo del Jamón colgarán sus delantales a la espera de que se levante el estado de alarma. Los mostradores de charcutería del tradicional local madrileño dejarán de exponer jamones procedentes de toda España, al menos por el momento. Para la familia de propietarios, esto no es más que un indicador del drama que se avecina.
"Es una señal de socorro. Me está costando todo esto un dineral. Nos vienen cañonazos por detrás y nos dejan sin poder planificar. Después del confinamiento hemos abierto en pérdidas. Hemos estado capeando el temporal, luchando por sobrevivir. Ahora, al igual que el resto de hosteleros de Madrid, el estado de alarma nos condena a tener que salir adelante únicamente con el público de Madrid capital. Eso es imposible. Sin turismo y sin la gente de la Comunidad de Madrid, que vienen desde Getafe, Pozuelo, Alcobendas, Alcorcón, Alcalá de Henares, o cualquiera de estos municipios, ya es imposible continuar. No podemos aguantar más pérdidas. Nuestras decisiones se toman de forma meditada, no improvisamos, y esto es algo que no entienden en el Gobierno", critica el empresario.
El Museo del Jamón nació en 1978. Desde hace 42 años es un lugar de referencia gastronómica y de enorme éxito. La familia nunca ha tenido que temer por la estabilidad de sus locales. Hasta ahora. De momento se salvan los restaurantes situados en las zonas de los Almendrales y Cuzco. "En estos casos el público es del mismo barrio. Muchos clientes son gente mayor que está habituada a nuestros menús y nos da más apuro cerrarlos, aunque no nos está saliendo rentable...", especifica Muñoz.
Catástrofe anunciada
La dura situación por la que atraviesa el Museo del Jamón supone la crónica de una muerte anunciada. Las principales asociaciones de hosteleros de España ya avisaban de la profunda crisis económica a la que se veían abocados por las decisiones "al tun tun" del ministro socialista de Sanidad, Salvador de Illa, tal y como adelantó Libre Mercado.
En total, se estiman que las pérdidas económicas sean de 600 millones de euros semanales. Jose Luis Yzuel Sanz, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería, ha recalcado que los datos van a ser catastróficos y que "se va a llevar miles de puestos de trabajo por delante sin ser la hostelería la culpable ni el origen de los contagios". Algo en lo que está completamente de acuerdo el representante familiar del Museo del Jamón. "Los empresarios estamos haciendo las cosas bien, respetamos al máximo las medidas sanitarias. No somos el origen de las infecciones. Es falso", asevera.
Pero a los dueños del Museo del Jamón solo les queda vivir con el alma en vilo. En el mismo momento en el que se hacía esta entrevista, el ministro de Sanidad ha vuelto a cambiar las condiciones sanitarias para finalizar el estado de alarma. De 500 infectados por 100.000 habitantes pasa a reducirse a 200 el número de contagios por coronavirus.
Para Luis Alberto Muñoz las órdenes dictadas de forma arbitraria y sin previo aviso, suponen una tomadura de pelo constante con consecuencias que pueden ser irreversibles. "Es que están así continuamente. Es imposible prever nada. Nosotros no somos una franquicia. Somos un negocio familiar y las cuentas solo nos dan para aguantar cerrados poco menos de un año. Si la crisis se prolonga y esto sigue así, será el fin. Esperemos que no ocurra".