Disparar el gasto público para superar la crisis económica. Esta es la receta que puso en marcha el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2008, tras el estallido de la crisis financiera internacional, y la que repite hoy la coalición que preside Pedro Sánchez junto a Pablo Iglesias para luchar contra la crisis del coronavirus. No funcionó entonces, nada apunta a que lo haga ahora. De hecho, los excesos cometidos entonces acabaron traduciéndose en una grave crisis de deuda a partir del año 2010, cuya resolución precisó de la intervención extraordinaria del Banco Central Europeo.
El Gobierno presentó el pasado martes su nuevo cuadro de previsiones económicas, que servirán de base para elaborar los Presupuestos Generales del Estado para 2021, y el techo de gasto previsto para el próximo año. La estrategia presupuestaria que han adoptado PSOE y Podemos es clara, gastar lo máximo posible, tal y como evidencian las declaraciones del portavoz de Podemos, Pablo Echenique, o el ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Hoy es posiblemente el día más importantes en términos económicos de nuestra época. Hoy muere la austeridad en España. Hoy es definitivamente derrotado el núcleo neoliberal de la ideología de partidos como el PP, VOX y Cs. Hoy se anuncia una subida histórica del techo de gasto. pic.twitter.com/qBe5gD3w0Q
— Pablo Echenique (@pnique) October 6, 2020
Hoy en el Consejo de Ministros hemos aprobado un techo de gasto que permitirá seguir protegiendo a las familias trabajadoras al tiempo que diversificamos y modernizamos la economía. En estos años se definirá la España de las próximas décadas y el de hoy es un paso muy positivo. pic.twitter.com/uwuzslhDxu
— Alberto Garzón🔻 (@agarzon) October 6, 2020
De lo que no hablan, sin embargo, es de las consecuencias de tal deriva. Zapatero aumentó en casi 40.000 millones de euros el techo de gasto del Gobierno central entre 2007 y 2010, equivalente a una subida del 28%, al pasar de 143.000 a algo más de 182.000 millones.
Sánchez, por su parte, acaba de anunciar un incremento de 68.000 millones (+53,7%) en tan sólo un ejercicio. El techo de gasto pasará de los 127.609 millones previstos inicialmente en 2020 a 196.097 millones en 2021, un nuevo récord histórico. Aunque esta partida recoge los fondos europeos que prevé recibir el Gobierno el próximo año, por un importe total de 27.436 millones, incluso descontándolos, el techo de gasto sube en 41.000 millones, un 32%, hasta los 168.661 millones de euros, tras las transferencias extraordinarias que inyectará a comunidades autónomas y Seguridad Social.
Es decir, el aumento de gasto que protagonizó Zapatero en tres años lo va a hacer Sánchez en uno. Algo similar sucede con el déficit. España pasó de registrar un superávit del 1,9% del PIB en 2007 a un agujero del 4,6% en 2008 y del 11,3% en 2009, lo que supone un ritmo de deterioro fiscal de más de 6 puntos del PIB al año. Ahora, el agujero fiscal pasará del 2,9% en 2019 al 11,3% en 2020, un descuadre de 8,4 puntos en tan sólo un año, según las estimaciones de Hacienda. Y eso en el mejor de los escenarios, ya que otras estimaciones elevan el déficit al 14% a cierre de ejercicio.
Por último, Zapatero inició la crisis con una deuda pública del 36% del PIB en 2007 y la dejó rozando el 70% cuando abandonó el poder en 2011, un aumento de 34 puntos en cuatro años, a un ritmo de 8,5 puntos adicionales por ejercicio. Sánchez por su parte inició la crisis del coronavirus con una deuda del 95,5% a cierre de 2019, pero rondará el 118% un año después y, según el Banco de España, podría rozar el 129% en 2021, añadiendo un total de 34 puntos adicionales. Una vez más, se trata de un aumento muy similar al experimentado por Zapatero, solo que en la mitad de tiempo, dos años en lugar de cuatro.
Así pues, la senda presupuestaria que acaba de dibujar el Gobierno arroja el mayor descuadre fiscal de la historia de España, superando incluso al anterior récord que protagonizó el también presidente socialista Rodríguez Zapatero.