"Tiraron hidrogel por los ordenadores, rompieron jarrones, no dejaban de dar portazos, amenazaron a los trabajadores, gritaban y lo tiraban todo por el suelo. Pasamos mucho miedo. Todavía hay trabajadores que no pueden dormir después del asalto y escrache a nuestro despacho. Aún no puedo creer lo que está sucediendo en este país", revela a Libre Mercado Enrique Vendrell, abogado y socio del despacho Vendrell & Associats y vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona y Lérida.
El letrado, su socio y los empleados están viviendo una pesadilla. Todavía intentan reponerse del acoso, amenazas e intimidación sufrida por parte de más de una decena miembros del Sindicat d'Habitatge del Raval, una organización pro-okupa y filial de Sindicato de Inquilinos en Madrid, este último apoyado y elogiado por el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias y con el que han colaborado los diputados de extrema izquierda Rafa Mayoral y Alberto Rodríguez. En el asalto también participaron miembros de Resistim al Gòtic, otro de los grupos okupa de Ciutat Vella.
"Nos insultaron y coaccionaron, daban golpes en la pared y decían que éramos unos especuladores, corruptos, bandidos, defensores de los fondos buitres... Nos llamaron acosadores y cómplices de los delincuentes. Y el caso es que el perfil de nuestro cliente no es el de una entidad bancaria o un fondo de inversión y, si lo fuera, también estaría en su derecho legítimo de defender los intereses de la propiedad. La cuestión es que se trata de un propietario que tiene dos viviendas que heredó de su familia y las está malrentando. Por desgracia, tiene una okupa que no paga el alquiler desde hace más de tres años y no se quiere ir", indica el letrado acosado.
La usurpadora se llama Maite y es el nuevo símbolo okupa del Sindicat d'Habitatge del Raval. La plataforma, junto a grupos de extrema izquierda, han presentado a Maite como una víctima de "malvados especuladores". Pero la historia real es que la okupa poco tiene de víctima y mucho de mujer de negocios, puesto que ha llegado a alquilar habitaciones del inmueble ocupado por Airbnb y sin disimulos, tal y como reproducimos en Libre Mercado. "Su cuota de alquiler es de 290 euros con todos los gastos incluidos. Un precio irrisorio para el ático en el que vive y en la zona de Las Ramblas. Pues ni así abona la deuda y además hace negocio con la vivienda de mi cliente", aclara el asesor jurídico.
A Vendrell le cuesta hablar del escrache que ha padecido. "Hemos pasado mucho miedo. Mi secretaria tuvo que lidiar con ellos. Pasaba el tiempo y no venían los mossos. La violencia de los atacantes iba incrementándose, veían que no pasaba nada y no venían los agentes y se ponían peor. Durante los días posteriores, mi socio no ha dormido bien y todavía estamos arrastrando las secuelas de lo que nos han hecho. Esto no es nada agradable. Afortunadamente los colegas de profesión nos han apoyado, nos sentimos respaldados, pero esto... hay que pasarlo para saberlo. No se lo deseo a nadie", suspira Vendrell.
Ei @evendrells sou còmplices del desnonament d'una de les últimes veïnes de La Rambla a mans d'un rendista especulador!
No marxarem fins que seieu a negociar! #MaiteEsQueda #LesUltimesdelaRamblaSHR 💘@resistimalgotic pic.twitter.com/W8UGpNJWf4
— Sindicat Habitatge Raval (@RavalSindicat) September 29, 2020
Amenazas y vandalismo contra el propietario
La furia de los radicales partidarios de los usurpadores ha llegado también a la casa del mismo propietario, Antón Cunillera. El hombre está viviendo un verdadero infierno. Los pro-okupas encontraron su domicilio y lo llenaron de pintadas cargadas de amenazas contra la víctima: "Antón Cunillera, cabrón, retira la demanda", se lee en la puerta del bloque.
Los responsables mostraron un estilo propio del matonismo y, por si no fuera poco, según indica Vendrell, los integrantes del Sindicat d'Habitatge del Raval también hicieron un escrache contra el arrendador. Lo persiguieron e insultaron y "ahora tiene miedo. De momento, no quiere hablar con la prensa", nos informa el jurista.
Y no es para menos. Cunillera ha visto cómo han colgado centenares de carteles con su cara, como si de un delincuente se tratara. En las fotocopias aparece el nombre de su sociedad familiar La pallissa 1995 SL, de la que Cunillera es titular registral, socio y Administrador único de la misma.
Pero el día que peor lo pasó la víctima fue el pasado martes 29 de septiembre, fecha en la que se iba a producir el lanzamiento y el desalojo de la usurpadora. Rodeado y protegido por los mossos, a duras penas, Cunillera consiguió llegar hasta el inmueble para negociar con dos de los ediles del Ayuntamiento de Barcelona, quienes le propusieron pagar la deuda con el dinero de los contribuyentes.
El arrendador fue recibido entre gritos e insultos. Centenares de pro-usurpadores lanzaron objetos de todo tipo contra su persona. "Mi cliente terminó por aceptar la propuesta y la Comisión Judicial paralizó el lanzamiento. Los mossos terminaron por abandonar el lugar al suspenderse la diligencia judicial. El propietario estaba amedrentado y al final renunció". La okupa se salió con la suya y el Sindicat d'Habitatge del Raval lo celebró entre vítores, abrazos y aplausos.
Denuncia por el violento escrache
El despacho de Enrique Vendrell ya ha demandado a los integrantes del Sindicat d'Habitatge del Raval por el violento escrache en sus instalaciones: "Primero nos señalaron por Twitter. Y después, cuando nos asaltaron físicamente, se identificaron como miembros del Sindicat d'Habitatge del Raval. Ellos no dan sus nombres. Se escudan detrás de estas plataformas. Ahora la policía los tiene que identificar. En las redes sociales colgaron fotografías incluso del ataque. Los hemos denunciado por allanamiento de domicilio, coacciones y amenazas, por la vía penal. Esperemos que los identifiquen", comenta muy indignado.
Vendrell siente que vive en el mundo al revés. "Si la sociedad y los gobernantes no son conscientes de que el futuro de este país pasa por proteger el Estado de derecho y la seguridad de las personas, de verdad, vamos a acabar muy mal. Si las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, letrados, jueces o procuradores no pueden realizar su trabajo, pues mejor que nos vayamos al campo a plantar coles y a no hacer nada. El país no va a poder seguir adelante, las empresas no van a funcionar, los trabajadores no tendrán empleo, no habrá inversiones, porque no hay garantías de que se respete la regulación. Nos vamos al traste todos. Lo peor es que algunos están empeñados en que no salgamos adelante", espeta.
Negocio pro-okupa
Si algo tiene muy claro el experimentado letrado es que dichas asociaciones no tratan de ayudar al okupa: "Es un negocio. Hay subvenciones otorgadas por las administraciones públicas. Cuando se hace un escrache tienen compensaciones económicas. Esta gente tiene un modus vivendi, no se trata de solidaridad, ni mucho menos", indica.
Vendrell ha encontrado apoyos. Diferentes despachos de colegiados han mostrado su repulsa y han condenado enérgicamente las coacciones contra el bufete del letrado catalán. El Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) ha criticado "la actuación intimidatoria". Igualmente, los Administradores de Fincas Colegiados también han mostrado su solidaridad con los profesionales cada vez más atacados y cuestionados.
El @CgcafeAaff condena enérgicamente toda actuación intimidatoria contra despachos de colegiados y su personal. El #EstadodeDerecho debe garantizar libre ejercicio profesional y la inviolabilidad de despachos profesionales. Nuestra solidaridad con los colegiados/as afectados. 👇
— CGCAFE (@CgcafeAaff) October 1, 2020
⚪️ L’ICAB condemna l’actuació intimidatòria contra un despatx d’advocats produïda ahir i recorda que la pertorbació del lliure exercici del #DretDefensa i de la inviolabilitat dels despatxos professionals és inadmissible en un Estat democràtic de Dret. https://t.co/wiLZ02DXP6
— ICAB (Advocacia BCN) (@comunicacioicab) September 30, 2020
El #CAFBL condemna qualsevol actuació intimidatòria contra despatxos de col·legiats i el seu personal. La pertorbació del lliure exercici del dret defensa i de la inviolabilitat dels despatxos professionals és inadmissible en un Estat democràtic de Dret 👉https://t.co/SjHqZXGsU8
— Consell de Col·legis d'Administradors de Finques (@consellCAF) September 30, 2020
Por último, el abogado se muestra muy preocupado con la libertad e impunidad con la que se mueven okupas y pro-okupas. El señalamiento, los escraches y la persecución a las víctimas llega ahora, no sólo a los propietarios de los inmuebles con okupas, sino también a la defensa judicial, algo que "es extremadamente peligroso para los cimientos de un país", recuerda el letrado.
"Es indignante. Estos ataques se producen con una naturalidad pasmosa. Es más grave aún el asalto a abogados, porque atenta más si cabe a la libertad y al derecho a la defensa que tienen todas las personas y al ejercicio de esta profesión, como es la abogacía o los administradores de finca. Los profesionales no podemos ser acosados por este tipo de personajes. Atenta contra la libertad individual y de empresa. No puede ser y lo que no puede ser en ningún caso es que sea defendido por las administraciones que les subvencionan, les protegen y les apoyan en este país. El Ayuntamiento de Barcelona es el ejemplo y el patrón de cómo se están promoviendo este tipo de iniciativas, se están respaldando desde todos los niveles municipales, es que ni lo niegan. De lo contrario, ¿qué hacía el día del lanzamiento el Ayuntamiento de Barcelona en la finca?, ¿por qué estaban protegidos por estos sindicatos pro-okupas?", se pregunta finalmente Vendrell.