España empieza a hundirse en la peor crisis económica desde la posguerra. Lejos quedan ya las previsiones que hablaban de fuertes rebotes de la economía tras el verano. Son los rebrotes del virus, y no los rebotes de actividad, los que copan los titulares, y la gestión del gobierno de los mismos los que echan cada vez más tierra sobre las posibilidades de recuperación. Así al menos se refleja en los estudios que distintos expertos y sectores elaboran, y cuyas cifras ya reflejan un daño económico que multiplica por cuatro el daño provocado por la crisis financiera de 2008.
Y en economía, aunque algunos efectos de la crisis dan la cara desde el principio, otros necesitan algún tiempo de maduración. Es el caso de los impagos, los concursos de acreedores o la mora del sistema financiero.
Prestigiosos expertos en esta materia ya han elaborado algunos informes sobre la situación del tejido productivo español y el estado de la deuda viva total que soporta el sector privado en España. Las grandes entidades financieras en España están elaborando informes y estudios a modo de trakings tratando de dibujar una evolución de la capacidad de pago del tejido productivo, autónomos, pymes y grandes empresas. El saldo no puede ser más dantesco. Estos estudios de elaboración propia y por encargo coinciden en un dato terrorífico: el número de concursos de acreedores en curso durante el año próximo, 2021, multiplicará por 5 los de 2019.
El año pasado Se presentaron 6.600 concursos de acreedores y se mantuvieron en curso 15.930. Es decir, que entre los que se presentaron y los que todavía estaban procesándose sumaba esos 15.930.
Pues bien, los informes por encargo que manejan algunas de las grandes entidades de crédito en España coinciden en que el escenario más probable para el próximo año es que se presenten más de 75.000 nuevos concursos de acreedores entre 2020 y 2021 y haya un acumulado de procedimientos de quiebra en marcha de más de 81.000, lo que implica multiplicar por cinco en dos años.
Teniendo en cuenta que el pico de presentación de nuevos concursos se produjo en 2013 con algo menos de 10.000 nuevos procedimientos de quiebra presentados, en el año en el que se dejaron ver con mayor crudeza las consecuencias del estallido de la burbuja financiera.
Si a estas cifras unimos que el 90% de las empresas en concurso acaban en fase de liquidación, como estiman los expertos, queda probada la relevancia que van a tener en los próximos años las empresas comercializadoras de activos y de pasivos que ayuden a drenar la deuda contraída con acreedores de estas compañías.
En declaraciones a Libertad Digital, el presidente de una de estas empresas, Racmo-Corporación Legal, Alfonso Cabeza, muestra su preocupación por la grave crisis económica que empieza a impactar a nuestro país. "Cuando terminen las moratorias de los créditos ICO y las hipotecas vamos a ver un fuerte impacto", decía Cabeza, quien considera que este efecto va a comenzar a notarse en el próximo mes de noviembre. Según sus estimaciones, "no veo recuperación antes de 2023". En cuanto a las entidades de crédito, cree que la morosidad va a subir mucho y va a colocar en una situación muy delicada al sector. "En cuanto a las entidades medianas no tienen otra salida que juntarse", destacaba. Precisamente este lunes se hacía oficial que Unicaja y Liberbank reconocen abiertamente que estudian su fusión.
Tal y como ha denunciado recientemente el prestigioso economista Daniel Lacalle en Libertad Digital, el número de empresas que han desaparecido en el último año supera las 100.000. Sólo en el mes de agosto casi 9.000 empresas desaparecieron en España.
La banca no es la única opción
Esta dura situación que va a contribuir a acentuar la hecatombe económica que se nos viene encima, pone de manifiesto otro problema, que es el de la dificultad de acceso a financiación para algunos proyectos llamados al éxito. El entorno de concentración en el sector financiero con altas moras y vencimientos que tensionan los balances de las distintas entidades de crédito no favorecen la llegada de recursos a empresas y proyectos que tienen muchas posibilidades de salir reforzados de la coyuntura.
Afortunadamente las entidades financieras, los bancos, no son las únicas entidades que ofrecen financiación. Compañías como Gedesco ya son la primera opción para muchas empresas que han logrado salir del circuito bancario, maltratado por la política de los tipos de interés, y por las consecuencias que trajo la anterior crisis financiera.