La gestión de la pandemia está causando estragos en nuestro tejido productivo. Los principales motores de nuestra economía han recibido un terrible golpe en la primera mitad del año y crecen las sospechas de que en el segundo semestre vaya a suceder algo similar. El impacto de las durísimas medidas de confinamiento que sufre nuestro país ha laminado sectores como el hostelero o el turístico, con un impacto brutal en sus cuentas acabando con decenas de miles de negocios.
Una de las consecuencias de este impacto que no siempre se mide es el daño latente, el que aparece en segundo plano, pero que es tan letal o más que el primero: el daño que sufre la industria que depende de estos sectores. Uno de los efectos directos lo han sufrido, por ejemplo, los productores de aceite de oliva, que han visto cómo se han desplomado los precios de la materia prima.
En lo que va de año, el precio del aceite de oliva virgen extra ha caído más de un 35%, de acuerdo con los datos del sistema Poolred. Y los productores lo tienen claro. El cerrojazo en la hostelería y el turismo ha desplomado las ventas.
Como este, todos los productos que abastecen al sector Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías). Expertos consultados por Libertad Digitial enfatizan los problemas que atraviesan empresas cuyos principales clientes son empresas de este sector van a sufrir y son firmes candidatos a engrosar la ya abultada lista de quiebras.
Uno de esos fabricantes que está pasándolo especialmente mal son los que se dedican al producto pesquero congelado, especialmente próspero en los últimos años con crecimientos de facturación sostenidos del 5%. Ahora, las comercializadoras de productos pesqueros congelados han empeorado sus previsiones.
La principal organización sectorial, Conxemar, muestra su preocupación por el acceso a la materia prima. Según esta patronal, el sector se mantiene vivo únicamente con el gotero que contiene el repunte de las ventas minoristas en el primer trimestre. A este repunte le siguió una estabilización y le continuó el cierre del canal Horeca.
Desde el sector se quejan, además, de que Europa ha mantenido su apoyo a la extracción, pero no a ellos. El presidente de Conxemar, José Luis Freire, ha dicho recientemente que "hemos tenido ingresos cero y hemos tenido que afrentar los mismos pagos". Por este motivo la solvencia financiera va a ser la clave para decidir su superviviencia.
Y es clave precisamente porque las empresas que componen este sector tan especializado se enfrentan ahora con la necesidad de devolver los préstamos ICO con aval del Estado que tuvieron que solicitar para hacer frente a la sequía total de ingresos.
Según los datos de Infocif, las empresas de congelado y de conserva gallegas son las que concentran la mayor parte de la facturación total en España, con el 51% (7.725 millones de euros), con grupos de procesado en frío como Nueva Pescanova, Iberconsa o Profand y Jealsa-Rianxeira o Calvo en conserva. Concentran en Galicia el 42% del empleo total del sector. Cataluña es la siguiente con el 14,7% de la facturación y el 20% del empleo y Andalucía el tercer con alrededor del 11% en ambas magnitudes. En Valencia está el cuarto puesto con el 7%.
Urgente necesidad de financiación
Las nuevas restricciones de movilidad, unido a las limitaciones de aforo y apertura de los negocios del Horeca, empeoran las perspectivas no sólo de los negocios integrados en ese sector, sino de los vinculados, como el negocio del pescado congelado.
Este mes de octubre comienzan a vencer los créditos ICO y las empresas tienen que buscar opciones complementarias a la banca, que sean solventes y con experiencia como Gedesco, que atesora 20 años como opción prioritaria de financiación para muchas empresas y que ofrece un amplio abanico de servicios.