Desde la Comisión Europea han sacado los colores al Gobierno de Pedro Sánchez tras desvelar que no ha solicitado a las autoridades pertinentes las ayudas especificas para el sector turístico, gravemente afectado por la pandemia. La CE, en una respuesta al eurodiputado José Ramón Bauzá de Ciudadanos, ha revelando esta información. Por su parte, desde el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez aseguran que se pidieron ayudas, pero que estas fueron rechazadas, tal y como publica El Economista.
Lo cierto es que la respuesta, con fecha del 23 de septiembre y emitida por la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, se asegura que "las autoridades españolas no se han puesto en contacto con la Comisión para solicitar un régimen específico de ayudas al sector turístico", tal y como publica El Mundo. Cabe recordar que esta es la segunda vez en la que la institución dice que el Gobierno de España no ha solicitado ayudas para el sector turístico. La vez pasada fue el 1 de julio.
En la misma misiva escrita por la vicepresidenta, se señala que la "Comisión ha aprobado varios regímenes notificados por España que se aplican a la mayoría de los sectores de la economía, incluidos el turismo y la restauración". Entre ellos cita "un régimen de garantía para las empresas y para los autónomos de todos los sectores afectados, un primer régimen marco para aportar liquidez a autónomos y empresas y un segundo marco temporal nacional para aportes de liquidez a las empresas en forma de ayudas salariales, así como aplazamientos en el pago de impuestos y/o de las contribuciones a la seguridad social".
Desde el Ejecutivo se escudan en haber puesto a disposición del sector un plan de 25.000 millones de euros y en la creación de un nuevo plan conjunto, que podría suponer la creación de unos bonos turísticos para fomentar la demanda y de un aumento en la duración de los ERTE y de las líneas ICO al sector.
Por otra parte, Martí Sarrate, presidente de ACAVE considera que con la decisión de suspender los viajes del Imsero "el Gobierno se contradice, dado que pone en cuestión todas las medidas de seguridad que se han tomado a nivel público y en el sector turístico, transmitiendo así a Europa la falsa imagen de que no confiamos en que nuestros protocolos funcionen y que, en definitiva, consideramos que España no es un país seguro".