La proporción del desastre económico que sufre España merced a la terrible gestión que se ha hecho de la crisis del nuevo coronavirus queda reflejada en las cifras que ofrece el sector turístico.
Son muchos los indicadores que ya se han publicado, pero las cifras que se han dado a conocer en las últimas horas dan la medida de la depresión que sufre el primer sector económico de nuestro país.
Un colectivo que reúne a agencias de viaje de producto propio en media y larga distancia, #locosporviajar, ha elaborado un extenso informe en el que se hace una estimación de la caída del volumen de negocio experimentado por estas compañías respecto a años anteriores. Una caída que no sólo une el desplome de ventas sino también la descapitalización derivada de los depósitos entregados a las aerolíneas y no devueltos, así como al hecho de que las agencias están sosteniendo a trabajadores que no han cobrado todavía los ERTE.
La suma de este deterioro económico hace que las agencias de viaje en España hayan perdido casi el 100% de su volumen de negocio respecto al año pasado. Una caída sin precedentes del 95%.
Por muchos aplausos que se dedique el presidente del Gobierno, mensajes como los que ofrece el ministro de consumo, Alberto Garzón, cargando contra nuestro modelo turístico, o las de Fernando Simón animando a los países emisores de turistas a que veten nuestro país como destino para sus ciudadanos, o la nefasta eficacia de las medidas puestas en marcha hasta ahora para sostener el tejido productivo y, sobre todo, para frenar la epidemia ha puesto en el disparadero a España como destino turístico, y ya son otros países regados por el Mediterráneo los que están recogiendo los frutos de ese desastre. Grecia y Croacia ya reciben en sus puertos deportivos los grandes capitales que solían fondear sus yates en Baleares, costa levantina o Marbella.
La endiablada realidad de las agencias
Al estrepitoso desplome de reservas y aumento de cancelaciones, se ha sumado en el caso de las agencias de viajes dos circunstancias añadidas: la no devolución por parte de las compañías aéreas de los adelantos en concepto de reservas y que las agencias sí han devuelto a los clientes, y del mantenimiento del sueldo de empleados que deberían estar cobrando ERTE y que, sin embargo, todavía no lo están cobrando. Los portavoces del colectivo destacan que muchas agencias tenían suficiente músculo financiero para sostener una situación como la vivida este verano, donde la evolución de la emergencia sanitaria ha desmontado todas las previsiones, pero el problema más grande ha derivado de esas dos circunstancias concretas.
Se pierden 7 de cada 10 pernoctaciones hoteleras
El problema que denuncias las agencias es parecido al que sufre el sector hotelero que ha visto cómo las pernoctaciones se han desplomado un 73,4% en el mes de julio con respecto al mismo mes del año pasado. De nuevo el miedo que provoca el crecimiento de contagios en nuestro país, el que más contagios y muertes tiene de Europa por cada 100.000 habitantes, disuade a muchos turistas. Por eso, el levantamiento del estado de alarma y la apertura de fronteras no ha sido suficiente como para remontar esta situación.
Según ha informado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE), que indica que los precios de los hoteles cayeron un 8,2% respecto al año anterior, julio es el quinto mes consecutivo en el que, como consecuencia de la crisis sanitaria, descienden las pernoctaciones en los hoteles españoles tras las bajadas del 66,5% de marzo, del 100% en abril, del 99,2% en mayo y del 95,1% en junio.
El pasado 21 de junio finalizó el estado de alarma, permitiéndose la movilidad de la población en todo el territorio nacional. El número de establecimientos abiertos aumentó en julio respecto al mes anterior, pasando de 5.896 a 12.068, aunque esta cifra es un 29,5% inferior a la existente hace un año.
El total de plazas ofertadas en julio fue 1.025.713, un 52,7% del total. Durante dicho mes, 4,3 millones de viajeros se alojaron en algún establecimiento hotelero, con un total de 11,5 millones de pernoctaciones. Estas cifras suponen un 35,7% y 26,6%, respectivamente, de las estimadas hace un año.
Pese a la progresiva apertura de las fronteras exteriores, el INE destaca que los viajeros residentes en España sostuvieron en mayor medida la actividad hotelera del mes de julio, con 3,2 millones de viajeros frente a 1,1 millones de no residentes.
Ello se refleja también en el volumen de pernoctaciones, que alcanzan los 7,4 millones en el caso de los residentes, frente a los 4,1 millones de los no residentes.
Desplome de afiliados
La otra cifra conocida estos días y que certifica el desastre es el de la pérdida de empleos que refleja la caída de 302.889 afiliados a la seguridad social en el sector turístico sólo en el mes de julio.
El número de trabajadores dados de alta en la Seguridad Social en actividades vinculadas al sector turístico registró en julio una caída interanual del 11,6%, hasta 2.314.971 cotizantes (302.889 menos) por la crisis del coronavirus, según los datos incluidos en el Informe sobre Empleo en Turismo elaborado por Turespaña, dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
Se rompe así, como consecuencia del impacto ocasionado por la pandemia, la tendencia de incrementos para el mes de julio que se inició en 2013, volviéndose a niveles similares a los alcanzados en 2015 y 2016.
Destaca la caída interanual de afiliados vinculados a actividades turísticas en julio de 302.889 trabajadores, cuando en el conjunto de la economía española se redujeron en 616.496 personas.
Lo que es más preocupante es que esta caída interanual refleja una recuperación en el sector de 100.000 puestos de trabajo respecto al mes de junio, cuando el sector tuístico permaneció cerrado por orden gubernamental hasta el día 21 de junio.
Respecto al mes de junio, el sector ganó 100.099 afiliados más a la Seguridad Social, lo que supone un 4,5% más respecto al mes anterior, algo que, sin embargo, se considera positivo por el secretario de Estado de Tursimo, Fernando Valdés.