Los datos de contagiados por covid-19 divulgados en las últimas jornadas reflejan un crecimiento notable de los "rebrotes". Sin embargo, como ya explicó Libre Mercado hace algunas semanas, las dinámicas sanitarias que se están observando en verano se diferencian de las del pasado mes de marzo en lo tocante a la gravedad de los contagios, puesto que apenas el 3% de los nuevos contagiados estaba requiriendo hospitalización.
¿Han cambiado las cosas con el crecimiento de los "rebrotes"? Si estudiamos los datos de las tres últimas semanas, el patrón se mantiene más o menos estable: tenemos más contagios, en parte porque mejora la capacidad de rastreo y en parte porque la temporada de verano y la vuelta a la normalidad favorece la propagación del virus, pero las dinámicas del virus han cambiado y las hospitalizaciones siguen siendo muy puntuales con respecto a la cifra de positivos.
Los números son los siguientes:
- El 27 de julio, el número de casos de covid-19 diagnosticados en España durante los siete días anteriores fue de 12.829, cifra equivalente a 27,3 por cada 100.000 habitantes. En esa misma fecha, los casos que precisaron hospitalización durante la semana previa ascendieron a 349, siendo 12 los contagiados que terminaron en la UCI y 6 la cifra de fallecidos. En términos porcentuales, estos datos reflejan que la tasa de hospitalizaciones sobre la de contagiados fue de un 2,7%, mientras que el ratio para los ingresos UCI se situó en un 0,1% y la mortalidad supuso un 0,05%.
- El 3 de agosto, una semana después, los datos del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias apuntaba que en los últimos siete días se habían registrado 14.516 diagnósticos de covid-19, lo que implicaba unos 30,9 por cada 100.000 habitantes. Las hospitalizaciones ocurridas en la semana previa fueron 562, siendo 37 los ingresos UCI y 26 los fallecimientos. Poniendo estas tres últimas cifras en relación con el dato de contagios, se registraron ratios del 3,9% en las hospitalizaciones, del 0,3% en los ingresos UCI y 0,18% en los decesos.
- El 10 de agosto, esta misma semana, las cifras de positivos suministradas por el ministerio de Sanidad saltaron hasta los 22.995 positivos durante los siete días anteriores, lo que supone 48,81 por cada 100.000 habitantes. En cuanto a las hospitalizaciones, los ingresos UCI y las muertes por coronavirus, las cifras de las siete jornadas anteriores fueron de apenas 750, 45 y 65. Poniendo en relación estos números con los positivos, encontramos ratios del 3,2% en las hospitalizaciones, del 0,2% en los ingresos UCI y del 0,28% en los fallecidos.
En términos relativos, pues, es evidente que las cifras reflejan un cuadro razonablemente estable. Así, aunque la cifra semanal de positivos haya pasado de 12.829 a 22.995 entre el 27 de julio y el 10 de agosto, el número de casos que requiere hospitalización se mantiene en el entorno del 3%, mientras que los ingresos UCI suponen alrededor de un 0,2% del total y los fallecimientos rondan el 0,2%.
Sin embargo, aunque la evolución del patógeno muestra un patrón estable cuando se analiza en términos relativos, el aumento en los casos en términos absolutos puede llegar a ser problemático si deviene en un "cuello de botella" que colapse el sistema sanitario, cuya capacidad es, por definición, limitada. Al fin y al cabo, si las hospitalizaciones semanales ascendieron a 349 el 27 de julio pero llegaron a 750 el 10 de agosto, es evidente que hay una tendencia al alza en dicha magnitud.
Por este sentido, es vital mantener el esfuerzo en materia de rastreo y, sobre todo, asegurar que la capacidad del sistema sanitario no se ve desbordada en ningún momento. Esta vez, la gravedad de la mayoría de casos es marcadamente inferior, de modo que hay mucho más margen para evitar el colapso de los pasados meses de marzo y abril. Sin embargo, tal estrategia requiere tomar medidas de anticipación orientadas principalmente a flexibilizar la capacidad hospitalaria para asumir los nuevos positivos, mediante hoteles medicalizados, hospitales de campaña, atención sanitaria a domicilio y otras medidas de este corte.
Teniendo en cuenta que muchas de las hospitalizaciones no derivan en ingresos UCI, los cuidados necesarios son menos intensivos en esta nueva fase del virus, lo que favorecerá la adaptación al patógeno en el último cuatrimestre del año, en el que un nuevo confinamiento sería totalmente inviable desde el punto de vista económica.