El último informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas sobre el equilibrio económico, financiero, patrimonial y presupuestario de la Seguridad Social adolece de un problema de sostenibilidad de carácter estructural. El análisis, correspondiente al año 2018, concluye que la actual configuración del modelo es incompatible con la evolución demográfica y socio-económica del país y está abocado al colapso en ausencia de reformas.
Los ingresos por cotizaciones sociales han subido de forma reiterada en los últimos años, pero el incremento ha sido insuficiente para satisfacer unas pensiones cada vez más elevadas. En consecuencia, el Tribunal de Cuentas considera "urgente" adoptar medidas que devuelvan el equilibrio a las maltrechas cuentas de la Seguridad Social.
El gasto medio anual por pensionista ha subido un 18,7% en los años 2016, 2017 y 2018. Sin embargo, el ingreso medio por afiliado ha crecido un 1,3% durante ese mismo periodo. Lo primero se explica porque las pensiones de los nuevos jubilados son mucho más altas que las de quienes se retiraron en décadas pasadas. Lo segundo tiene que ver con el crecimiento más moderado del empleo y los salarios, afectados por la grave crisis de 2008-2012.
Entre 2010 y 2018, el sistema acumuló un resultado negativo valorado en 115.022 millones de euros. Año tras año, los ingresos del sistema han sido muy inferiores a los gastos, agotando así el saldo del Fondo de Estabilización y los resultados positivos que acumuló el sistema en cursos anteriores. No hay, pues, ningún colchón en el que apoyarse para evitar el colapso de la Seguridad Social: o reformas, o quiebra.
Desde el organismo auditor critican que, "a pesar de la importancia y gravedad del problema", no se ha aprobado ningún informe de evaluación y reforma del Pacto de Toledo desde 2011. De hecho, incluso la reforma desarrollada por el gobierno de Mariano Rajoy entre 2012 y 2014, marcada por el factor de sostenibilidad, fue abandonada progresivamente entre 2015 y 2018, al hilo de la presión política por subir las pensiones más allá de lo que el sistema puede asumir.
Aunque el informe no recoge la situación de 2019 y 2020, el balance de la Seguridad Social ha sido aún peor: el pasado año se agravó la tendencia deficitaria del sistema de pensiones, mientras que durante el presente curso se espera que la brecha entre ingresos y gastos se multiplique por cinco, a raíz del desplome de ingresos provocado por el paro masivo ligado a la nefasta gestión de la pandemia del covid-19.
El endeudamiento total del sistema que figura en el balance de la Seguridad Social para finales de 2018 asciende, según el Tribunal de Cuentas, a 80.000 millones de euros. Esta cifra duplica la cifra oficial de deuda que suelen recoger los informes oficiales del ministerio, pero refleja de forma más fehaciente cuál es el verdadero saldo del sistema una vez se aplica una contabilidad al uso, sin maquillaje estadístico.
Desde el Tribunal de Cuentas no entran a valorar qué tipo de reforma corresponde aprobar, puesto que ello trasciende el ámbito de trabajo de la entidad, pero sí recuerdan que sería recomendable financiar los déficits del sistema con transferencias en vez de endeudamiento, como también apuntan que las pensiones no contributivas deberían estar recogidas en los presupuestos, en la medida en que verdaderamente son un subsidio.