No hay una única política económica posible. Una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.
Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados. Así, desde el punto de vista regional, nos encontramos con que Cataluña ha optado por la política intervencionista y Madrid por la liberal.
Pues bien, como son dos regiones de tamaño económico similar, con capacidad similar para atraer inversiones y generar riqueza, podemos comparar de manera muy atinada cuáles han sido los efectos de las diferentes políticas, al hilo de la publicación de los datos de la primera estimación para 2019 de la Contabilidad Regional de España por parte del INE.
Así, si nos vamos a los momentos anteriores a la diferenciación de políticas, en 1990, cuando no había casi competencias transferidas y no había posibilidad de ser corresponsables por el lado de los ingresos con una política tributaria distinta, Madrid crecía 3 puntos menos que Cataluña.
De hecho, entre 1983 -inicio de la autonomía en Madrid- y 1995 -comienzo de la aplicación de políticas liberal-conservadoras en Madrid, el PIB de Cataluña creció en la mayoría de esos años por encima del de Madrid.
A partir de entonces, especialmente desde 2003, Madrid comenzó a aplicar una política económica basada en el liberalismo clásico, con gasto reducido y eficiente e impuestos bajos. Así, por ejemplo, Madrid redujo el IRPF, de manera que cuenta con un tipo máximo 5 puntos inferior al de Cataluña, mantiene la exención al 100% en el impuesto de Patrimonio y la bonificación al 99% en Sucesiones y Donaciones para los familiares más cercanos, mientras que Cataluña repuso Patrimonio y Sucesiones y Donaciones y aplicó nuevas subidas en el IRPF.
Esa política de subida tributaria en Cataluña ha ido acompañada por un permanente aumento del intervencionismo económico en todos las ramas de actividad, que restringen libertad y cercenan espacios de crecimiento de riqueza y empleo.
De esa manera, nos encontramos con los resultados de la aplicación de estas distintas políticas económicas: la intervencionista en Cataluña y la liberal en Madrid. Y los fríos datos dicen lo siguiente, que vemos a continuación.
Y eso es lo que se constata en la primera estimación de la CRE que ha dado el INE para 2019. En el último año cerrado, 2019, el PIB de la Comunidad de Madrid creció un 2,5%, casi un punto más que el de Cataluña.
Y ese crecimiento de 2019 no es más que el de la tendencia de toda una década, ya que en el período 2010-2019, Madrid creció un 1,8% frente al 1,1% de Cataluña, de manera que vemos que en 2019 se mantiene esa brecha, que hace que el peso de la Comunidad de Madrid sobre el PIB nacional sea cada vez mayor que el catalán.
Eso tiene su reflejo en el PIB per cápita. De esta manera, Madrid, con un PIB per cápita de 35.876 euros supera a Cataluña en casi 5.000 euros.
Los efectos de esas distintas políticas, por tanto, se dejan sentir. Ahora, se ve el último efecto, el del volumen global del PIB, el que marca la dimensión de una economía, que comentábamos antes. La Comunidad de Madrid ya era la que más crecía y la más rica -es decir, la que tenía un PIB per cápita más alto-, y en 2018 también fue la mayor economía de España, pero es que ahora lo consolida. Si en 2018, la diferencia entre Madrid y Cataluña era de 2.113 millones de euros a favor de Madrid, en 2019 la región madrileña amplió esa diferencia a su favor hasta los 3.139 millones de euros, pese a tener Madrid 1,5 millones menos de población.
Eso no es fruto de la casualidad, sino del marco flexible y dinámico, que atrae a empresas, profesionales y personas, que generan las políticas aplicadas en la Comunidad de Madrid, en el margen de sus competencias, basadas en el gasto eficiente, dedicado a lo esencial, con los mejores servicios públicos de España, los impuestos bajos, el cumplimiento de los objetivos de estabilidad, la libertad económica y las reformas que eliminan obstáculos en la economía. Distintas políticas dan distintos resultados.