Los países del sur de Europa como España, Portugal, Italia o Grecia son destinos buscados por los pensionistas europeos del norte y del centro del continente, debido a las buenas condiciones climatológicas y al coste del nivel de vida, que suele ser más barato. Desde hace unos años, tanto el país luso como el italiano ofrecen condiciones fiscales muy favorables a los jubilados extranjeros con la finalidad de atraer nuevas rentas que aporten riqueza al país. Ahora, el estado heleno también quiere entrar a competir por este tipo de nuevos residentes y, para ello, ha propuesto establecer una tarifa plana del 7% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Este tipo de medidas, conocidas como visa dorada, que ya están vigentes tanto en Portugal como en Italia, hacen que la tasa impositiva, que varía entre el 10% y el 7%, afecte tanto a los ingresos procedentes de una pensión, como a las rentas que provienen por el cobro de dividendos o alquileres de viviendas. Por tanto, los jubilados europeos pueden encontrar aquí una clara ventaja fiscal.
La medida que Grecia quiere incluir en su sistema fiscal es muy similar a la que aprobó Portugal en el año 2009. Aunque, en el país luso, el Gobierno de Antonio Costa ha decidido poner fin a su anterior normativa, mucho más permisiva, imponiendo un impuesto del 10% para aquellos jubilados que cobren una prestación de su país de origen y residan en Portugal como "no habituales". Para poder acceder a esta venta fiscal, los ciudadanos extranjeros tienen que demostrar no haber vivido en Portugal durante los últimos cinco años, residir más de 183 días al año en suelo luso o tener una vivienda en propiedad en el país.
Portugal tiene una normativa mediante la cual los residentes no habituales tributan al 20% por las rentas obtenidas en territorio portugués y estaban exentos de pagar al fisco por sus pensiones, tanto en Portugal como en el país de origen. Pero, tras la modificación del Gobierno portugués, los pensionistas tributan al 10%. Desde 2009, el número de españoles residentes en Portugal se ha disparado un 46%. En total, unos 6.300 pensionistas españoles viven el país vecino.
En el caso de Italia, el sistema fiscal cuenta con una tarifa plana del 7% para las pensiones extranjeras, pero solo pueden acceder a ellas los jubilados que se vayan a vivir a localidades de medios de 20.000 habitantes en el sur de Italia, que es el área más pobre del país. Aunque este tipo de medidas son totalmente legales, la Unión Europea no es propensa a mostrar su apoyo. Desde Bruselas están tratando de luchar contra la que consideran dumping fiscal entre estados miembros.