El rescate ya está en marcha. Finalmente, el fondo de reactivación pactado por los líderes europeos se traducirá en 140.000 millones de ayuda para España, de los cuales 72.700 millones irán ligados a la línea de ayudas a fondo perdido y los 67.300 millones restantes estarán ceñidos a créditos pendientes de devolución.
Pero la ayuda que recibirá España tiene condiciones. Para acceder a los fondos, los países deberán presentar Planes de Inversiones y Reformas que quedarán sujetos a la aprobación de los demás socios europeos. El diseño de dichos Planes no es una hoja en blanco, sino que se espera que sean medidas ceñidas al Marco de Recomendaciones del Semestre Europeo.
Tal Marco de Recomendaciones establece, por ejemplo, la necesidad de garantizar que las pensiones son sostenibles o el compromiso con la contención del gasto público. Lo primero puede suponer recortes para los jubilados o subidas de impuestos para los trabajadores, mientras que lo segundo se traducirá en un corsé presupuestario que limitará enormemente la capacidad de aprobar nuevos desembolsos.
Las reformas serán revisadas y aprobadas
Pero, además de esas recomendaciones genéricas, el punto A.19 del acuerdo también señala que los Planes de Inversiones y Reformas serán revisados durante un periodo de dos meses por los mismos técnicos de la Comisión Europea que coordinaron los rescates de la pasada crisis económica, muchos de ellos popularmente conocidos como los hombres de negro.
La cláusula A.19 exige, además, que los tecnócratas comunitarios asignen la mayor nota posible a estos Planes de Inversiones y Reformas, puesto que de lo contrario no serán tenidos en cuenta. No solo eso: las recomendaciones realizadas por Bruselas no serán genéricas, sino que abordarán de manera específica la situación española, de modo que parece muy probable que las medidas exigidas vayan en la línea de los puntos anteriores.
Además, hay que tener en cuenta que a nivel comunitario se ve con malos ojos el déficit público y la pretensión de la reforma laboral, de modo que se aventura como muy probable una negociación en torno a puntos delicados para la coalición de gobierno, como el aumento del IVA o el futuro de la reforma laboral.
Bajo las normas acordadas, los Planes de Inversiones y Reformas también deberán tener el visto bueno del Consejo Europeo, es decir, de los demás gobiernos. En este caso, serán cuatro las semanas con las que contarán nuestros socios para evaluar los Planes de Inversiones y Reformas que se hayan acordado con la Comisión Europea.
Con este acuerdo, Pedro Sánchez logra evitar la quiebra efectiva del Tesoro a cambio de aceptar la tutela efectiva de la Unión Europea, sometiendo la política económica de nuestro país a los dictados de los polémicos tecnócratas europeos que tantas criticas recibieron del PSOE y Podemos durante la anterior crisis.
Las manos del presidente quedarán muy atadas a la hora de desarrollar el programa de gobierno que anunciaron PSOE y Podemos a comienzos de este mismo año, lo que puede generar diferencias entre ambas facciones del Ejecutivo. Y, en clave fiscal, los déficits se antojan intolerables para los socios europeos, de modo que parece probable esperar ajustes en los próximos años, tal y como lleva tiempo avanzando Libre Mercado.