En el mes de junio, el gasto en prestaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ascendió a 4.115,2 millones de euros por la crisis del coronavirus. Este gasto supone que las personas en paro o en ERTE recibieron 3.300,6 millones de euros en salario neto y 814,6 millones de euros en cotizaciones sociales y retenciones en concepto de Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). El gasto se ha reducido en 1.392,5 millones de euros respecto al máximo marcado en el mes de mayo con el que tanto pecho ha sacado el Gobierno de Pedro Sánchez.
Un total de 5.129.620 personas trabajadoras recibieron una prestación del SEPE en junio. La nómina de mayo alcanzó la friolera de 5.986.864 trabajadores. Ahora, "comienza un descenso que se prevé que continuará en los próximos meses, a medida que se incorporen a la actividad los trabajadores afectados por ERTE", señala el departamento que dirige Yolanda Díaz.
Un total de 2.840.735 personas afectadas por ERTE recibieron una prestación en el mes de junio. Son 546.545 personas menos que las que constaban en el SEPE en el mes anterior. "Muchos de estos trabajadores volvieron ya a la actividad antes de que hubiera terminado el mes. Se espera que la tendencia a la baja se mantenga a lo largo del tiempo por la progresiva incorporación a la actividad de los trabajadores en ERTE", explica Trabajo.
La nómina de las personas incluidas en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) supuso 2.055,3 millones de euros, la cantidad más baja desde el inicio de la crisis sanitaria y 1.262,4 millones de euros menos (-38%) que en el mes de mayo. La que no se reduce es la nómina de los desempleados oficiales.
En total, el gasto en prestaciones por ERTE le ha costado al bolsillo de los contribuyentes 8.091,7 en los meses de abril, mayo y junio.