En la crisis del coronavirus, el Gobierno de Pedro Sánchez está demostrando hasta dónde es capaz de llegar en las detestables prácticas de la contabilidad manipulada y el maquillaje estadístico. Cualquier cifra o dato que amenace con dañar su nefasta gestión es susceptible de tergiversación. A los social-comunistas les da igual si se trata de fallecidos, contagiados o parados: su mezquindad para falsear la realidad está siendo propia de regímenes liberticidas como los que excitan a Pablo Iglesias y su banda de buenos para nada.
El caso de los ERTE ligados a la catástrofe del coronavirus es sin duda uno de los mayores fraudes del Ejecutivo. La herramienta legal no estaba mal elegida. De hecho, el Gobierno la flexibilizó con la pandemia –es irónico que pudiera hacerlo gracias a la reforma laboral del PP que tanto aborrece– y hasta eliminó la obligatoriedad de que las empresas paguen cotizaciones sociales por los empleados de los que no están disponiendo. Hasta aquí, una decisión correcta. El desafuero tiene que ver con la ejecución de la medida; con las prestaciones que tienen que pagarse pero no se pagan. Y la comunista Yolanda Díaz, intoxicando descaradamente para ocultarlo.
Las cifras del Gobierno sobre los trabajadores a los que se está pagando correctamente la prestación no han cuadrado en ningún momento. Los gestores administrativos –los que tramitan a diario los ERTE en nombre de las empresas–, los sindicatos del SEPE y los dramáticos testimonios de quienes afirman no haber visto un euro han desmontado la farsa. El Gobierno que no iba a dejar a nadie atrás está dejando un reguero de impagos a los más desfavorecidos –esos a los que se jacta de proteger– y provocando el caos en el SEPE y las gestorías.
A pesar de su ruinosa incompetencia, Yolanda Díaz ha tenido la desfachatez de afirmar esta semana: "Se han resuelto y se han abonado todos los ERTE que correctamente han entrado en el SEPE". Se trata de una burda añagaza para seguir engañando a la ciudadanía. La clave está en la frase "todos los ERTE que han entrado correctamente en el SEPE", que obvia los expedientes que contienen algún error –en el DNI o el número de cuenta del perceptor, por ejemplo– que todavía no ha sido subsanado. Los trabajadores del SEPE no dan crédito. El principal motivo de que los ERTE se hayan pagado tarde y mal durante estos cuatro meses son esos errores. "Las verdades a medias son puras mentiras", denuncian desde el CSIF. "Por defender su gestión política" con estas declaraciones "irresponsables y temerarias", Yolanda Díaz está "ignorando a un conjunto de desempleados a los que no estamos pudiendo llegar", añaden indignados.
Y mientras tantos afectados por un ERTE siguen esperando su dinero, el mercado laboral se resquebraja. Según Yolanda Díaz, ya se han incorporado al trabajo 1,7 millones de individuos que estaban en ERTE, lo que significa que todavía hay casi dos millones que no lo han hecho. Si sumamos esa cifra a los 3,8 millones de parados con los que cerró junio, la cifra es desoladora: casi 6 millones de personas están cobrando una prestación pública.
Este jueves, Fedea auguraba que tras los ERTE habrá despidos y que se perderán 1,2 millones de empleos antes de que acabe el año. En la cínica estadística de Yolanda Díaz, los ERTE no son parados; a ver lo que le aguanta la farsa. Muchos por desgracia lo serán definitivamente mucho más pronto que tarde. Pero Díaz seguirá ahí, en ese ministerio que gestiona con tremenda incompetencia.