La economía española se hunde. El coronavirus ha asestado un duro golpe a las finanzas de nuestro país poniendo todos los indicadores económicos en niveles nunca vistos hasta ahora. Con la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, buena parte de la actividad de España quedó completamente paralizada, mientras hubo negocios que pudieron seguir funcionando a medio gas y solo unos pocos —como los supermercados— lo hicieron a pleno rendimiento.
Ante este desolador panorama, nada ha podido librar a nuestro país de la debacle económica, pero las perspectivas, lejos de mejorar, se agravan. Así, en estas últimas dos semanas, organismos y analistas han empeorado en tromba sus previsiones económicas para España. La Comisión Europea, la OCDE, la Airef, BBVA Research… nadie se fía del territorio que gobiernan Sánchez e Iglesias. Tampoco el Banco de España, que las revisó hace un mes.
BBVA Research ha sido la última casa de análisis en dar su veredicto. Ayer martes, en su informe "Situación España", el servicio de estudios vaticinaba que la economía nacional se contraerá un 11,5% este año frente al 8% estimado en el segundo trimestre. Sin embargo, para 2021, el banco azul mejora su previsión de crecimiento hasta el 7%. La revisión a la baja del PIB en 2020 viene dada por "la prolongación de las medidas de confinamiento por un período superior al esperado, por el mayor impacto de las restricciones sobre la demanda interna, por una mayor concentración de la reducción del gasto en los bienes y servicios producidos internamente y por la contracción del sector turístico", explica el servicio de estudios. España ha sido uno de los países del mundo que más estricto ha aplicado el confinamiento, y eso pasa factura.
Los españoles se aprietan el cinturón
Por el lado del consumo de los españoles, se nota que la ciudadanía se ha apretado el cinturón "como consecuencia del aumento de la incertidumbre", pero también influyeron "las restricciones de oferta". Así, en muchos casos, aunque los consumidores hubieran querido gastar, no podían porque los negocios estaban cerrados. En particular, "las dudas sobre la salud y la situación laboral, junto con la mayor duración de las medidas de confinamiento y distanciamiento social", produjeron un ajuste que se estima del orden del 25% en el gasto en consumo de los hogares durante los primeros seis meses del año, señala BBVA Research. Este se habría centrado, sobre todo, en los sectores relacionados con servicios y, entre estos, "en aquellos donde el consumo se realiza en un contexto social". Tal es el caso de la restauración, el ocio y el turismo. La reapertura de la economía ha sido clave en la recuperación, tanto, que "aquellas provincias que comenzaron la desescalada antes mostraron recuperaciones del gasto más prematuras".
Por otro lado, "la necesidad de consumir desde casa, junto con el redireccionamiento de recursos hacia bienes necesarios para enfrentar la epidemia, impulsaron la venta de bienes, particularmente de alimentación, o de aquellos relacionados con la protección de la salud, lo que ha redundado en una alteración notable de los precios relativos", apuntan.
En materia de empleo, y a diferencia de la crisis de 2008, cabe destacar que la construcción no es, "por primera vez en mucho tiempo, uno de los detonantes de la crisis". Por su parte, la hostelería, "tradicionalmente un sector refugio en otros episodios de incertidumbre", es el sector que está sufriendo el golpe.
Aunque señalan algunas deficiencias, el servicio de estudios de BBVA se muestra conforme con el funcionamiento de los ERTE y la implantación del Ingreso Mínimo Vital. Eso sí, partidas como estas inflan el gasto público, lo que podría disparar el déficit hasta casi el 15% del PIB este año, un desequilibro jamás registrado en España (el máximo fue con Zapatero en 2009 y no llego al 12%). "Las cuentas públicas sufrirán un deterioro considerable", avisan. Para este año, prevén que la deuda alcance el 123%.
Más varapalos seguidos
En la misma línea fue el pasado lunes la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que apunta a un "intenso deterioro del saldo presupuestario en 2020, con recuperación limitada en 2021". La ampliación de la brecha fiscal se reflejará en la ratio de deuda, que se situaría a finales de año entre el 116% y el 123% del PIB y en el empeoramiento de los datos de déficit, que en lugar de cerrar en el 10,3%, este año podría superar el 11% del PIB, o incluso el 14% en el escenario más adverso. Por ello, la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, volvió a insistir en que "la incertidumbre no puede ser una excusa" para que el Gobierno ignore el equilibrio presupuestario.
Si hace un mes la Airef cuantificaba una contracción del PIB en 2020 del orden del 9% al 12%, ahora, cree que nuestra economía podría caer más del 12% este año, superando a la previsión del BBVA. Mañana jueves, la Airef publicará todos los detalles.
La semana pasada, Bruselas le daba otro mazazo a Sánchez empeorando sus previsiones sobre España. La Comisión Europea, encargada de evaluar las ayudas a nuestro país, prevé ahora una contracción del PIB del 10,9% este año, frente a la caída 9,4% que estimó hace unos meses, para rebotar un 7,1% en 2021. Solo Italia sufriría una caída del PIB superior a la nuestra este año, que sería del 11,2% (el FMI cree que estaremos a la par). Como se observa en la tabla, Francia será el tercer país más afectado con una caída de su economía del 10,6%. Fuera de la zona euro, solo el desplome de Croacia adelanta a Francia.
"El impacto de la crisis en los sectores intensivos en mano de obra dará como resultado un aumento significativo en la tasa de desempleo" en España, avisa la Comisión Europea, que pone el foco en que "es probable que aumente" todavía más "una vez que se eliminen los ERTE".
También la semana pasada, la OCDE protagonizaba el varapalo laboral al Gobierno. En su informe anual de perspectivas del empleo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico advertía de que la tasa de paro de España podría superar el 20% este año y llegar al 25,5% si se produce un rebrote del coronavirus en otoño.
En ese 20% de paro para este año también coincidió ayer Randstad Research. "Prevemos que el problema va a seguir agudizándose, pudiendo superar la tasa de paro el 20% durante este 2020", señaló su director, Valentín Bote.
A pesar de este panorama desolador, el Gobierno de Pedro Sánchez mantiene la previsión de caída del PIB en el 9,2%, la única cifra que ha puesto a la recesión y que está muy por debajo de cualquier previsión de los expertos. En cuanto al déficit y la deuda pública, el Gobierno prevé que el déficit alcance el 10,34% del PIB este año y la deuda, el 115,5%. De nuevo unas previsiones demasiado optimistas.