El confinamiento decretado por el gobierno de España para luchar contra el coronavirus ha estado caracterizado por su ineficiencia. Las medidas se tomaron tarde, facilitando un colapso sanitario de primer orden, y se prolongaron durante demasiado tiempo, hundiendo así la economía muy por encima de lo esperado. Tal y como acredita el Índice de Gestión del Covid-19 que ha elaborado la Universidad de Cambridge, nuestro país presenta la mayor caída de la movilidad y, sin embargo, registra los peores resultados en materia de mortalidad per cápita. Tenemos el peor de los resultados posible.
Partiendo de la base de que la incompetencia gubernamental aumentó significativamente la mortalidad asociada a la pandemia, el proceso de desescalada ofreció al menos la posibilidad de minimizar las pérdidas económicas. Las advertencias de la comunidad científica y la evidencia internacional comparada aconsejaba una desescalada rápida, pero segura. Se trataba, pues, de generalizar el uso de mascarillas y de mantener la apuesta por los protocolos de higiene reforzada y distancia social, pero hasta ahí. Sin embargo, el Ejecutivo volvió a fallar y apenas normalizó la situación a finales de junio.
La Comunidad de Madrid ha sido una de las regiones más castigadas por el gobierno central a la hora de decidir si se autorizaban o no los cambios de fase. Ya a comienzos de mayo, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso advirtió que un escenario de normalización durante dicho mes se traduciría en un desplome del PIB del 6%, generando la pérdida de 340.000 empleos. Sin embargo, en caso de prorrogar el cerrojazo, el gobierno autonómico barajaba escenarios muy duros, con caídas del PIB comprendidas entre el 8% y el 12% y pérdidas de entre 520.000 y 760.000 puestos de trabajo.
Malos datos en Madrid capital
Transcurridos tres meses y medio desde el inicio del confinamiento, y después de que la región entrase en la "nueva normalidad" el pasado 22 de junio, autoridades como el Ayuntamiento de Madrid se han puesto manos a la obra y han empezado a evaluar el impacto de las restricciones aplicadas por el gobierno de coalición entre PSOE y Podemos.
Fuentes del consistorio consultadas por Libre Mercado explican con preocupación que "casi no se ha producido descenso en el número de trabajadores que estaban acogidos a los ERTE en el mes de junio. La caída es de 10.000, una cifra casi idéntica a la de mayo. Es lógico que el ritmo observado en Madrid sea menor que el registrado en toda España, porque la salida de la fase 2 no se produjo hasta el 22 de junio. Pero una cosa es que Madrid salga más lento y otra ignorar lo que está pasando en nuestro mercado de trabajo, que es muy duro".
En los dos últimos meses, "aproximadamente 1,5 millones de trabajadores han dejado de estar sujetos a un ERTE, pero en el Ayuntamiento de Madrid la cifra es de 20.000 personas. Ese dato debería haber sido tres veces mayor ¡en un escenario pesimista! Y no olvidemos que el verano no es una época de alta actividad para la economía madrileña, de modo que el rebote tardará más en llegar".
Se estima que la covid-19 ha aumentado el paro en la capital en 264.999 efectivos, incluyendo esta cifra a los afectados por ERTE y a los nuevos demandantes de empleo. Un fuerte aumento que podría haber sido mucho menor si el proceso de desconfinamiento y desescalada se hubiese manejado de forma más efectiva.