BBVA Research, FEDEA y la Fundación Rafael del Pino han publicado la IV edición de su Observatorio sobre el Ciclo Económico en España, una publicación que tiene periodicidad semestral y que, por primera vez, refleja el impacto de la covid-19 en la producción económica y el saldo fiscal.
En la nueva edición del Observatorio "se evalúan los factores estructurales que explican el comportamiento cíclico de la economía española durante la crisis de la covid-19" y se estiman "las principales perturbaciones estructurales que han afectado al crecimiento del PIB por población en edad de trabajar".
Como ya han anticipado otros informes, "la caída en el PIB por población en edad de trabajar producida como consecuencia de la covid-19 no tiene parangón histórico. De acuerdo con las previsiones publicadas en abril y con el avance del PIB para el primer trimestre de este año, la contracción entre el último trimestre de 2019 y el segundo de 2020 ha sido de un 22%, lo que deja la producción en niveles que no se veían desde 1998".
En el último trimestre de 2020, y tras el rebote de la producción esperado a partir de julio, la caída se iría moderando pero seguiría aproximadamente en un 6,5%, situando el PIB por persona en edad de trabajar en un nivel equivalente al del año 2016. En términos anuales, todo esto significa que disminución del PIB para el conjunto de 2020 sería del 10,5% respecto a 2019.
Según explican los autores del informe, "los factores de demanda representan el 74% de la caída en el segundo trimestre, en el periodo más intenso de confinamiento, y contribuyen a un 48% de la caída en el conjunto del año. Por su parte, los factores de oferta contribuirán con el 84% de la caída interanual en el tercer trimestre (en desviación respecto a su promedio histórico), y suponen el 52% de la contracción durante todo 2020. Entre los factores de demanda destaca la contribución negativa de las perturbaciones de consumo privado y de la demanda de viviendas en el segundo trimestre de 2020, detrayendo 12 puntos porcentuales al PIB. Por el contrario, la contribución positiva del crédito bancario durante el segundo trimestre de 2020 habría impedido una caída adicional del PIB equivalente a 4,5 puntos porcentuales".
El Observatorio considera que lo más destacable del comportamiento previsto de la tasa de desempleo durante la crisis de la covid-19 es "su escaso aumento en relación con otras crisis, teniendo en cuenta la magnitud de la caída acumulada del PIB en la primera mitad de 2020. Hasta la crisis del coronavirus, la evidencia para España indica que, en promedio, por cada punto de variación en la tasa crecimiento del PIB el empleo respondía cerca de 1,1 puntos. Por el contrario, en el primer semestre de 2020 el PIB se contraerá previsiblemente más de un 20% y la afiliación a la Seguridad Social menos de un 5%".
Si se cumplen las previsiones del Observatorio, "en el segundo trimestre de 2020 veríamos que la situación del mercado de trabajo sería similar a la de principios de 2016, lejos de los niveles de paro alcanzados durante la Gran Recesión. En cualquier caso, conviene tomar con cautela estas previsiones, dadas las incertidumbres sobre cuántos de los trabajadores afectados por ERTE volverán a retomar la actividad en los mismos puestos de trabajo anteriores a la crisis y cuántos ERTE se convertirán en ERE, con la consiguiente destrucción de empleo".