Sociedad de Tasación ha presentado un informe sobre la evolución del mercado de la vivienda tras casi un trimestre de frenazo económico motivado por las medidas que ha decretado el gobierno para lidiar con la pandemia de la covid-19. Según el estudio, que ha visto la luz esta misma semana, los precios del mercado no han experimentado ninguna corrección y, de hecho, han subido un ligero 0,8%.
El gran problema que detecta Sociedad de Tasación es la falta de equilibrio entre la creciente demanda de vivienda que concentran grandes mercados como Madrid o Barcelona y una oferta a todas luces insuficiente. En Madrid, por ejemplo, los datos para el semestre acreditan que solo se han puesto en marcha actuaciones inmobiliarias generadoras de 7.476 nuevas viviendas, lo que apenas satisface 8,6 meses de demanda. La Ciudad Condal no está mucho mejor, con 5.249 unidades que suponen 18,4 meses de demanda.
La reducción de trabas que ha anunciado el gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid podría ser vital para agilizar el mercado de la vivienda en la región, puesto que la gran mayoría de las promociones a la venta consisten en compras sobre plano o en fase de construcción, de modo que sus tiempos están directamente afectados por los lentos procesos de permisos y licencias. A esto hay que sumarle la escasez de suelo, otro ámbito donde también se esperan movimientos en los próximos meses, puesto que Sol ha anunciado ya varias subastas de suelo público para desarrollo de vivienda.
Es Barcelona, sin embargo, el mercado que más problemas plantea desde el punto de vista de los precios, puesto que casi el 50% de la vivienda que se está construyendo tiene un precio superior a los 500.000 euros. En el caso de Madrid, este porcentaje se reduce al 26%, casi la mitad que en la Ciudad Condal.
Desde Sociedad de Tasación consideran vital introducir medidas dinamizadoras, como los programas de avales públicos para hipotecas dirigidos a jóvenes de entre 25 y 35 años. Según los cálculos de la entidad, una iniciativa de este corte habilitaría entre 125.000 y 150.000 hipotecas anuales en un segmento de prestatarios que, a fecha de hoy, están fuera del mercado. Sin embargo, este reclamo choca con el giro a la prudencia que han recomendado muchos expertos financieros tras la pasada crisis de 2007-2008, marcada por el pinchazo de una burbuja inmobiliaria que, en parte, tuvo mucho que ver con el riesgo asociado a la entrada en el mercado de compradores poco solventes.