El Gobierno ha vuelto a presumir de su "extraordinario esfuerzo en políticas de protección social" durante la pandemia del coronavirus. Estas palabras pertenecen al secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, cuyos golpes de pecho en este sentido vienen siendo habituales en los últimos meses. En la rueda de prensa de ayer jueves, para analizar los datos del paro registrado en junio, el número dos de Yolanda Díaz no cabía en sí con "el despliegue sin precedentes" de la cantidad de prestaciones públicas que está costeando el Ejecutivo con el dinero del contribuyente. "La cifra de prestaciones más alta del SEPE", aseguraba, muy lejos de considerar dramática la debacle laboral actual.
Y es que, en mayo, mes con los últimos datos disponibles —porque el Gobierno todavía no ha cerrado las nóminas de junio—, se alcanzó el nivel máximo de beneficiarios del SEPE, con casi 6 millones de personas cobrando algún subsidio laboral. En concreto, se gestionaron un total de 5.986.864 prestaciones.
Este elevado nivel de pagas es el resultado de sumar las que cobraban las personas que ya estaban en desempleo antes de la crisis sanitaria, las que perdieron su empleo desde entonces y, sobre todo, a las personas que estaban en un ERTE en el quinto mes del año. El dato de los ERTE "es el más singular", señalaba Pérez Rey, con este ambiguo calificativo. En total, el SEPE desembolsó en mayo la friolera de 5.526 millones de euros, de los que 3.318 millones se dedicaron a pagar prestaciones por ERTE y 2.208 millones a prestaciones por desempleo, tanto en el nivel contributivo como en el asistencia. Esta cifra es el triple de los 1.811 millones de euros que se abonaban en febrero a 2 millones de parados.
Casi 2 millones todavía en ERTE
En junio, el fin del estado de alarma dará un respiro a unas cuentas públicas que están al límite de su capacidad para sostener tales niveles de gasto. Según los datos de la Seguridad Social, en el sexto mes del año 1,17 millones de trabajadores han abandonado la situación de ERTE (1,059 millones estaban por fuerza mayor). Desde el 30 de abril —el pico máximo de ERTE y cuando la economía empezó a abrirse—, han salido de este instrumento laboral 1,56 millones de personas.
La vuelta al trabajo de algunos de los empleados en ERTE dará un ligero respiro de unos 1.000 millones de euros a la nómina del SEPE en junio, avanzó Rey. Eso sí, todavía hay casi 2 millones de personas que están en su casa sin trabajar, cobrando una prestación pública y esperando la llamada de una empresa que no sabe si podrá sobrevivir tras el ERTE. Para las estadísticas, todavía no son parados, pero pueden serlo en el futuro.
Si unimos esas 2 millones de personas que quedan en un ERTE a los 3.862.883 desempleados con los que cerró junio, el mayor dato desde mayo de 2016, la cifra es desoladora: casi 6 millones de personas sin trabajar.
El sexto mes del año se saldó con 5.107 desempleados más, su mayor repunte en un mes de junio desde 2008, la única vez en que junio aumentó el número de parados, ya que, tradicionalmente, siempre es muy bueno para el empleo debido a la oleada de contratos veraniegos que se producen. Desde marzo, nuestro país suma 616.000 desempleados más.
Afiliación "detenida" a mitad de junio
Por el lado del número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social, en el último día de junio la cifra total se situó en 18.484.270 personas, lo que supone un descenso de 99.906 personas desde que comenzó el mes, un comportamiento que la Seguridad Social atribuye a las bajas producidas el último día (161.500 bajas). El secretario de Estado de la Seguridad Social, Israel Arroyo, ha atribuido este desplome del 30 de junio a al funcionamiento "perverso de nuestro mercado de trabajo, que es la elevada temporalidad de nuestro sistema". Fundamentalmente, ese día terminaron muchos contratos en el sector de la educación, ha explicado en la rueda de prensa.
A pesar de esta explicación, la patronal de las empresas de trabajo temporal Asempleo apunta a que, desde mediados de junio, se ha registrado "una brusca contracción" de la afiliación, llevando al empleo de vuelta a sus niveles de principios de mayo. En concreto, destaca que en el mes de junio se pueden diferenciar dos periodos; en primer lugar, desde el 29 de mayo hasta el 16 de junio, cuando la afiliación aumentó en 100.000 personas, prolongando la tendencia positiva observada a lo largo del mes de mayo, y entre el 16 y el 30 de junio, cuando la afiliación cayó en 200.000 personas. "Estos datos hacen presagiar una recuperación del empleo, y por ende de la actividad económica en general, más lenta de lo inicialmente esperada", advierten.
Otra forma de hacer el cálculo es teniendo en cuenta la media de junio, cuando la Seguridad Social ganó 68.208 cotizantes respecto al mes de mayo, su menor incremento en este mes desde 2015, lo que situó en 18.624.337 el número total de cotizantes. En términos desestacionalizados, la afiliación aumentó en junio en 29.477 personas, su primer incremento tras los descensos registrados en marzo (-356.703 afiliados), abril (-691.054) y mayo (-70.790). En el último año el sistema ha perdido 893.361 cotizantes de media (-4,6%), la mayoría en el Régimen General (-847.650 cotizantes).