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Ana Pardo de Vera y Silvia Barquero se cuelan en una granja y comparan a los pollos con los judíos en el Holocausto

La organización ACOM tilda la comparativa de antisemita, al banalizar el dolor y la muerte de seis millones de personas en el Holocausto.

La organización ACOM tilda la comparativa de antisemita, al banalizar el dolor y la muerte de seis millones de personas en el Holocausto.

La directora del diario Público, Ana Pardo de Vera, y Silvia Barquero, expresidenta de PACMA y ahora directora de Igualdad Animal, se han colado en una granja de pollos por la noche (como ya hiciera Jordi Évole con la granja cerdos) para atacar a la industria cárnica, en concreto, al sector avícola.

En el vídeo de la campaña #StopFábricasdeCarne, lanzada por Igualdad Animal y el diario Público, aparecen Pardo de Vera y Barquero dirigiéndose hacia una nave industrial donde van a comprobar "las condiciones inhumanas en las que se encuentran los pollos y lo que la industria cárnica esconde", comenta la jefa de Igualdad Animal, que pretende hacer ver, según ella, "los efectos de la cría industrial intensiva y el maltrato a los pollos".

La periodista repite lo que va diciendo Barquero mientras se disponen a entrar en una de las granjas con las cámaras de televisión. "Esto es lo que la industria nos está ocultando, el sufrimiento animal y esta cacería es absolutamente inhumana, como decías tú…".

Entretanto se van poniendo unos monos blancos con un cartel en el que se puede leer en letras mayúsculas "Igualdad Animal". Unas credenciales que parecen permitirles, a juicio de ambas, que lo que van a hacer es absolutamente legítimo. "Lo que vamos a ver ahora son prácticas de la industria. Lo hacen de forma legal", insiste Silvia Barquero. Acto seguido entran a hurtadillas en mitad de la noche a la granja, lo que parece indicar que, presuntamente, estarían entrando de forma ilegal.

Ambas acceden, se llevan las manos a la cara y condenan lo que están viendo, bajo la percepción de las dos: un Holocausto de pollos. Pero no mencionan ni el lugar ni la granja: "Les suben mucho el agua, los más débiles mueren de inanición y de sed. Aquí no hay veterinarios ni atención de ningún tipo. Es un sistema perverso", critica la directora de Igualdad Animal.

"La gente que hace negocio y se alimenta con esta superproducción deplorable, esa gente no come esta carne", contesta la directora del diario Público. Posteriormente, tras esta excursión a las granjas de pollos, Pardo de Vera y Barquero mantienen un charla por videoconferencia y que publican en sus redes sociales:

"Esa tortura la hacían los nazis para seleccionar la raza, que cayeran los vulnerables, más débiles, pequeños... Lo que vimos era un campo de concentración de pollos. Es eugenesia", sostiene la periodista en Twitter.

"Banalización del Holocausto"

Desde ACOM, organización española que trabaja por la relación entre España e Israel a través del trabajo conjunto con el Gobierno, los partidos políticos y la sociedad civil, han condenado esta comparativa entre judíos y animales, que hacen desde hace tiempo la prensa izquierdista y los animalistas.

"Es otra fórmula de antisemitismo, de forma consciente o inconsciente, es la deshumanización de los judíos. Si comparan a los judíos con cerdos o pollos están afirmando que la vida de los judíos no tiene valor per se, o tiene el mismo valor que un animal, es decir, utilizan seis millones de vidas judías de forma partidista, para sus intereses. Respetamos el animalismo, siempre y cuando, sea respetuoso con la memoria de esas seis millones de personas que fueron ejecutadas en el corazón de Europa hace 70 años. En este caso, la campaña de Público e Igualdad Animal, haciendo esa utilización, nos produce desazón y nos escandaliza, vamos a estar combatiendo siempre ese tipo de banalizaciones y el mal, que es el nazismo, de sus efectos y esa dilución de un dolor humano como es el Holocausto, con algo que no es comparable en ninguno de los casos", condenan desde ACOM.

Animales, judíos y PETA

Si bien, la comparativa entre campos de concentración de judíos durante el Holocausto y las granjas de pollos o cerdos no es nada nueva. Responde a una línea estratégica propagandística marcada por PETA desde hace décadas: El "Holocausto en tu plato", se llamó la campaña que generó el rechazo y la repulsa automática de las comunidades judías.

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Campaña PETA, "el Holocausto en tu plato"

El objetivo final, de dichas organizaciones, no sería tanto minimizar la crueldad del Holocausto, sino buscar publicidad notoria mediante el escándalo, comparando, como es el caso de Pardo de Vera y Barquero, la granja de pollos con un crimen de lesa humanidad. Por lo que, más allá de una aparente espontaneidad en la descripción de los hechos, se escondería un marketing muy bien estudiado, con el fin de generar impacto social.

En 2002, durante una exposición y una campaña internacional, la organización PETA presentó las fotografías del "Holocausto en tu plato". En las imágenes se veían animales aglomerados en una explotación ganadera y personas en campos de concentración.

En su momento, el subdirector del departamento de comunicaciones de PETA, dijo que el Holocausto había matado a 12 millones de personas, pero sólo en Estados Unidos, 28 mil millones de animales eran asesinados cada año de la misma forma.

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Campaña PETA, 'Holocausto en tu plato'

La filial de PETA en Alemania emuló la misma campaña: "Entre 1938 y 1945, doce millones de personas murieron en el Holocausto como muchos animales mueren diariamente para el consumo humano en Europa". Hasta el punto de que Harald Ullmann, presidente de PETA Alemania, afirmara que "las víctimas han cambiado su papel, antaño era el populacho judío y hoy son los animales esas víctimas". Y se quedó tan ancho.

Paul Spiegel, el que fuera presidente del Consejo Central de Judíos, calificó esta campaña de "monstruosa". Y sentenció que "los carteles eran un insulto a todas las víctimas del Holocausto". Después de una denuncia interpuesta contra PETA en 2005, PETA Alemania fue declarada culpable de incitación al odio, ya que se "estaba minimizando el genocidio de los judíos", declaró el tribunal alemán.

En España, recientemente, sucedió un hecho parecido. El profesor de filosofía, Ernesto Castro, de la Universidad Complutense de Madrid, equiparó el número de cerdos que es capaz de sacrificar y procesar un matadero de Huesca con las matanzas de judíos perpetradas por los nazis en Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial: "Luego dirán que los antiespecistas somos unos exagerados al comparar la industria cárnica con el Holocausto; lo cierto es que nos quedamos cortos. Solo hubo una jornada en que los nazis alcanzaron esa cifra de muertos diarios", apuntaba Castro.

La organización Movimiento contra la Intolerancia denunció al profesor de la Complutense por "un delito contra las libertades y derechos fundamentales tipificado por el artículo 510 del Código Penal". Para la asociación, estos mensajes constituían una "humillación, un menosprecio y una burla de las víctimas de Babi Yar y del Holocausto, al que se trivializa comparándolo con una matanza de cerdos".

La industria cárnica

Y no solo los judíos se han sentido molestos. La industria cárnica, una vez más, vuelve a ser objeto de ataques de animalistas y veganos. El movimiento ideológico pretende dañar la imagen del sector, que aguanta como puede el acoso mediático y lo sufre desde hace tiempo.

El sector se defiende de lo que denominan "campañas difamatorias, sesgadas y manipuladas" y que no "responden a la realidad", ya que en España "nunca se ha tratado mejor a los animales". Además, las asociaciones han añadido en más de una ocasión que "cumplen con todos los parámetros y leyes de Bienestar Animal".

Cabe recordar que, tal y como indican en la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE), "la industria cárnica es el cuarto sector industrial de nuestro país, solo por detrás de la industria automovilística, la industria del petróleo y combustibles y la producción y distribución de energía eléctrica. El sector, formado por mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, tiene un tejido industrial constituido por cerca de 3.000 empresas, distribuidas por toda la geografía española, especialmente en zonas rurales".

Además, añaden en su página web que "la producción conjunta de todas estas empresas hace que la industria cárnica ocupe con diferencia el primer lugar de toda la industria española de alimentos y bebidas, representando una cifra de negocio de 26.882 millones de euros, el 22,6% de todo el sector alimentario español".

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