Ciudadanos respalda sin fisuras y activamente la candidatura de la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, para presidir el Eurogrupo, puesto que queda vacante este próximo mes de julio.
La Ejecutiva del partido naranja acordaba este lunes "redactar y enviar" según anunciaba en la rueda de prensa posterior Edmundo Bal, "una carta a los líderes liberales europeos para apoyar la candidatura" de Calviño a suceder al portugués Mario Centeno al frente del grupo que integra a los ministros de finanzas de la zona Euro. Aunque es un órgano técnicamente informal, tiene un peso decisivo en las políticas que se aplican a nivel comunitario, como quedó de manifiesto con la crisis de la deuda griega a partir de 2010.
El portavoz adjunto naranja, que recordaba que la misiva la recibirán hasta siete gobernantes de la Unión Europea (UE) que comparten familia política o grupo en la Eurocámara con Ciudadanos, como el presidente francés Emmanuel Macron o el primer ministro holandés Mark Rutte, afirmaba que sería "bueno para España que haya una española al frente" e incluso "esencial en este momento de crisis, donde la UE necesariamente va a tener que acometer una serie de reformas imprescindibles desde el punto de vista económico, para poder luchar una vez vencido el virus contra la crisis económica y social que se nos viene encima". Bal no dudaba en elogiar el "intachable" currículum, decía, de Calviño.
Ciudadanos tiene un gran peso entre los liberales comunitarios, y de hecho Pedro Sánchez les ha pedido públicamente su respaldo -en los debates parlamentarios sobre el estado de alarma- para convencer a gobiernos reacios como el de Holanda de la necesidad de implementar ayudas a los países del sur por la crisis del coronavirus, incluso hasta el punto de la mutualización de la deuda, un viejo debate en la zona euro que ahora se plantea con el neologismo de "coronabonos" y que Alemania sigue rechazando, como ha quedado de manifiesto en los múltiples consejos europeos telemáticos que han tenido lugar en los últimos meses.
En esa línea, el grupo naranja que lidera Luis Garicano en la Eurocámara llegó a remitir una carta muy dura el pasado marzo al primer ministro Rutte para que, entre otras cosas, desautorizase a su ministro de finanzas, Wopke Hoekstra, miembro del grupo popular europeo, quien se había referido al "riesgo moral" de una eventual ayuda a Italia y España, en aquel momento en el punto álgido de la crisis sanitaria, unas palabras que más tarde rectificó el dirigente conservador.
En varias ocasiones, los dirigentes naranjas, incluida la propia Inés Arrimadas, han asegurado que en este terreno defenderán antes los "intereses de España" que los de su familia política en el continente.