En el año 2018, las pegatinas ambientales de la DGT llegaron a nuestras vidas para quedarse. Aunque el organismo asegura que no es obligatorio, sí que recomienda el uso de estas para facilitar la labor de las autoridades, aunque la competencia sobre dictaminar o no la obligatoriedad no es de la Dirección General de Tráfico, sino de las autoridades municipales. Esto significa que, en algunas ciudades, como es el caso de Madrid, sí es obligatorio el uso de estas pegatinas desde el 24 de abril de 2019. Es más, el no llevar este distintivo al circular por el interior de la M-30 conlleva una sanción de 100 euros. Al igual que en la capital, otras grandes ciudades de España se están planteando la obligatoriedad de estas pegatinas, algo que podría ser determinante para extender más su uso.
El Gobierno, por su parte, se muestra favorable al uso de este mecanismo para conocer mejor el parque automovilístico español y se plantea actualizar la actual normativa de cara al 2021. El Consejo de Ministro ya ha aprobado un plan interministerial para que en junio del próximo año la DGT establezca nuevos requisitos o que incluso cambie la manera en la que actualmente se etiquetan a los vehículos.
"El sistema de etiquetado actual (etiquetas Cero, ECO, C y B) ha permitido una clasificación cada vez más conocida del parque de vehículos, y aportar coherencia a políticas de ámbito estatal, autonómico y local en función del potencial contaminador de los vehículos", señala el documento, que en el siguiente párrafo detalla: "La evolución tecnológica es una realidad y los nuevos vehículos que incorporan estas innovaciones deberían ser catalogados dentro de las posibilidades que ofrece el sistema de etiquetas actual, o bien añadiendo nuevas etiquetas".
Cabe señalar que las características para determinar a qué categoría pertenecía un vehículo se establecieron en el año 2016. Por eso, es posible que la DGT se plantee modificarlo el próximo año, aunque habrá que esperar cuál es la decisión que se toma al respecto y si se tienen en cuenta las reclamaciones por parte de la OCU. La Organización de Consumidores y Usuarios se ha mostrado siempre crítica con este etiquetado porque asegura que solo tiene en cuenta la tecnología del motor y no las emisiones contaminantes.