La empresa de recursos humanos Randstad ha llevado a cabo un informe sobre cómo los trabajadores han podido conciliar su vida familiar como consecuencia de la crisis del coronavirus. Para ello, ha analizado los datos de la última oleada del estudio Randstad Workmonitor, elaborada a partir de más de 13.500 encuestas a profesionales ocupados de 33 países.
El informe destaca que, desde el comienzo de la crisis sanitaria, solo el 68% de los trabajadores españoles han tenido la posibilidad de modificar su jornada laboral para poder conciliar de manera óptima sus obligaciones laborales y familiares, cinco puntos porcentuales por debajo del conjunto de todos los países en los que se ha realizado la encuesta (73%).
España se encuentra a la cola de Europa en este aspecto, registrando únicamente Portugal un porcentaje más bajo (67%). Esta flexibilidad se permite más en Italia (69%), Países Bajos (71%), Reino Unido, Francia (73%) y Alemania (76%). Los países en los que más se permite modificar los horarios son India (88%), China (84%) y Argentina (81%).
"La crisis del coronavirus ha obligado a muchas empresas a tomar a marchas forzadas medidas destinadas a permitir el trabajo en remoto, siendo el teletrabajo la herramienta más extendida y la que en mayor medida ha evitado un parón en seco de la economía. Pero gran parte de las compañías han adoptado estas medidas por primera vez, por lo que aspectos como la conciliación y la flexibilidad no se han cumplido de manera tan satisfactoria como en otros países con mayor tradición. Cabe esperar que este modo de trabajar se vaya perfeccionando con el tiempo, ya que es una herramienta que se va a implantar, en mayor o menor medida, en la inmensa mayoría de las empresas", asevera Valentín Bote, director de Randstad Research.
La regulación del Gobierno
A pesar de todos estos datos, que son bastante negativos para España, ahora, el Gobierno pretende regular el teletrabajo y esto dificultaría aún más la flexibilización laboral. Según el texto de la consulta pública previa a la elaboración de un proyecto normativo publicada en la web del Ministerio de Trabajo y adelantada por algunos medios, el objetivo es atajar estas nuevas formas de prestación de trabajo, que se han incrementado en la pandemia de la covid-19.
El texto dice que se debe regular el principio de igualdad de trato en las condiciones profesionales, "en especial la retribución, incluida la compensación de gastos", así como los tiempos máximos de trabajo y los mínimos de descanso, la distribución flexible del tiempo de trabajo o aspectos preventivos relacionados con la fatiga física y mental, el uso de pantallas de visualización de datos y los riesgos de aislamiento. Si esto se aplica, el Gobierno podría obligar a las empresas a compensar los gastos de luz o internet de los trabajadores que teletrabajen, lo que puede suponer un desincentivo para que la empresa facilite la opción de quedarse en casa.
Cambios por el coronavirus
A pesar de esos problemas para conciliar, el 80% de los trabajadores españoles consideran que se han adaptado de manera satisfactoria a los cambios en su entorno laboral provocados por la pandemia del covid-19. Aunque se trata de un porcentaje elevado, es el segundo más bajo de Europa, pues Italia se sitúa a la cola (70%). España se encuentra por detrás de la media global (83%), y de países como Portugal (82%), Alemania (84%), Estados Unidos (85%), Francia (88%), China (89%) o India (91%), que lidera la clasificación.
Además, el 71% de los profesionales de nuestro país son de la opinión de que su empresa está preocupándose y tomando medidas para garantizar la seguridad de sus trabajadores durante la pandemia. Una percepción cuatro puntos porcentuales menor a la de la media mundial (75%), y que de nuevo vuelve a ser la segunda peor de Europa, por delante únicamente de Italia (71%). Una lista que lideran China (90%), India (87%) y Australia (82%).
En cuanto a herramientas relacionadas con el trabajo en remoto, una de las más utilizadas por los responsables para coordinarse con sus equipos han sido las reuniones virtuales a través de videoconferencia. España es el país europeo en el que más se ha utilizado esta tecnología, ya que ha sido empleada por el 65% de los trabajadores, más que Francia (64%), Italia (63%), Países Bajos, Alemania (los dos con 63%), Reino Unido (62%) y Portugal (59%).