La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) publicó un estricto protocolo el pasado mes de mayo para reforzar la seguridad sanitaria de las aerolíneas. Entre las medidas que se establecieron estaba la de reducir al mínimo posible los servicios a bordo, o lo que es lo mismo, la venta de comida, bebida y otros productos. La organización recomendaba, por tanto, vender artículos estrictamente esenciales, preempaquetados y aceptar solamente el pago con tarjeta. Debido a esta sugerencia, empresas como Lufthansa, EasyJet, Air France, Iberia y Vueling ya han anunciado la suspensión de la venta de los mismos.
La decisión, sin embargo, no es nada sencilla y supone ahondar en las pérdidas económicas de las aerolíneas. Según los datos de Ideaswork Company y CarTrawler Global, las compañías europeas ganaron solo 28.000 millones de euros en 2019 gracias a la venta de comida, bebida, elección de asientos, embarques prioritarios, maletas facturadas y wifi. De todos estos servicios, el de la venta a bordo era uno de los que más dinero le hacía ganar a las compañías. Las estadísticas, además, señalan que entre un 25% y un 35% de los viajeros están dispuestos a pagar por comida y bebida en los viajes cortos. El porcentaje va incrementándose cuanto mayor sea la duración del trayecto.
En la última década la venta de servicios extra se ha convertido en un auténtico filón para las compañías aéreas ya que, según Car Trawler, los ingresos por la venta de estos productos crecieron un 312% en ocho años. Solo entre 2017 y 2018, el crecimiento fue del 13%. En estos momentos, estos ingresos complementarios suponen un 10,7% de la facturación total de estas empresas y se estima que la media de gasto por viajero es de 18,7 euros.
Por otro lado, según el informe, las empresas comerciales tradicionales a nivel mundial ingresaron 56.130 millones de euros en 2018 por las ventas de los servicios extras, mientras que las aerolíneas low cost facturaron 25.970 millones de euros por esta misma partida. Solo la venta de productos comestibles representa el 9% de estos ingresos. En este 2020 se estima que las aerolíneas pierdan 286.500 millones de euros una cifra muy elevada y que podría agravarse incluso más por la suspensión de la venta de este tipo de extras.