Funcas ha publicado un interesante estudio sobre las desigualdades económicas en España. El informe en cuestión se propone diferenciar entre "percepciones y realidades". Este planteamiento sirve a los autores para desmontar muchos de los mitos que se han popularizado en el ámbito político y mediático durante los últimos años y que ahora forman parte del discurso oficial del gobierno.
Empecemos por la renta del 1% de mayores ingresos, medida antes de impuestos. España tiene en este indicador un resultado casi idéntico al de los años 80. Además, el porcentaje del ingreso nacional que percibe dicha élite es similar al de países como Suecia e inferior al de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia o Irlanda, aunque superior a los niveles registrados en Dinamarca o Países Bajos.
Si se calcula el Índice de Gini de la renta disponible de todos los españoles cubriendo desde los años 60 hasta nuestros días, podemos ver que la distribución del ingreso sí ha aumentado en los años más duros de la pasada crisis. Sin embargo, este enfoque permite relativizar dicho aumento, puesto que el análisis de largo plazo muestra que las inequidades observadas en la actualidad son marcadamente inferiores a los niveles de antaño.
Poniendo el foco en la distribución de la renta disponible por deciles de ingresos, también vemos que la idea de que la recuperación solo llegó a los ricos es del todo falaz. En materia de renta, los hogares de menos ingresos son los que más perdieron durante la Gran Recesión, pero también son el grupo que más se benefició del crecimiento registrado en los años posteriores.
Quizá lo más interesante de todo es que España es uno de los países que peor reduce la desigualdad con medidas de gasto público. Frente a un descenso mediano del 20,7% en la UE-15, el resultado cosechado por nuestro país arroja una caída del 14,4%. Por lo tanto, confiar al Estado la tarea de aminorar la inequidad parece absurdo, no solo porque BBVA ya ha demostrado que el 80% del aumento de la desigualdad estuvo ligado al aumento del paro, sino porque el informe de Funcas muestra que las estructuras de gasto público en España son las menos eficientes de Europa a la hora de reducir la desigualdad.
El informe también analiza la desigualdad de riqueza neta. Tomando como referencia los datos del BCE, Funcas encuentra que los niveles registrados en nuestro país se mueven en el promedio europeo, con un Índice de Gini de 67,7 puntos que apenas rebasa en una décima los niveles observados en el conjunto de Europa.