El sector de la aviación ha sido —y es— uno de los grandes afectados por el coronavirus. De hecho, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) asegura que las pérdidas que soportarán las compañías este año se elevarán hasta los 286.500 millones de euros. Por ello, las grandes empresas están planteándose deshacerse de una parte importante de su flota para ahorrar costes de mantenimiento y también tener unos ingresos extra que palíen las pérdidas.
Sin ir más lejos, Lufthansa que engloba a seis aerolíneas, asegura que, de sus 760 aviones disponibles, 700 han estado inactivos durante los últimos meses debido a la pandemia, algo que le ha llevado a perder 2.100 millones de euros solo en el primer trimestre. "Ha habido un cambio dramático en el entorno económico como resultado de la pandemia de coronavirus. Los bloqueos, las restricciones de viaje, las interrupciones de la cadena de suministro y el deterioro de las cifras financieras han avivado los temores de una recesión mundial que podría ir mucho más allá de la contracción económica que siguió a la crisis financiera de 2008", indica el grupo alemán. Por todo ello, la empresa germana se plantea ahora vender hasta 100 aviones.
Algo parecido le ocurre a la empresa hispanobritánica IAG, que engloba a Iberia, British Airways, Vueling, Level y Aer Lingus. En este caso, más que vender aviones, lo que ha decidido hacer el grupo empresarial es frenar la renovación de la flota. Tenían que recibir 143 nuevos aviones antes de 2022, pero solo se renovarán 75 aeronaves para poder cuadrar mejor las cuentas. Finalmente, Air France dejará de utilizar el avión comercial más grande del mundo.
Suben las ventas de los jets
Aunque corren malos tiempos para las aerolíneas comerciales, no ocurre lo mismo con las privadas. Según destaca Bloomberg, las empresas dedicadas a los vuelos privados están sufriendo el efecto contrario y disparando la demanda. Esta crisis "es completamente opuesta a lo que hemos visto en el pasado", señala Mike Silvestro, director ejecutivo de Flexjet. "La aviación privada está a punto de ser la beneficiaria debido a la naturaleza inherente de un medio ambiente más seguro, más familiar y más limpio". De hecho, mientras que la aviación privada cayó un 42% en la pandemia, la comercial lo hizo un 90%. Se espera que a finales de año comience a recuperar los mismos niveles.
Los aviones privados son vistos como el equivalente aéreo de conducir un coche personal en lugar de tomar el tren. Eso proporciona un factor de seguridad que podría convertirse en un punto clave en los próximos meses.